Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
BLANCO Y NEGRO MADRID 04-06-1960 página 52
BLANCO Y NEGRO MADRID 04-06-1960 página 52
Ir a detalle de periódico

BLANCO Y NEGRO MADRID 04-06-1960 página 52

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
  • Página52
Más información

Descripción

i. R. J. recuercio permanente en los líricos caminos del poeta: Granada. Posiblemente Juan Ramón había visitado la ciudad de 1 Alhambra n su priaiera juventud y conservaba de ella una idea bellamente brumosa. Pero es después, al tomar contacto c u Federico García Lorca, cuando Granada se le obsesiona en el verso y la prosa como un amor imposible. Federico había llegado a Madrid recomendado al poeta de Moguer, ya entonces maestro indiscutible, y vivía en la Residencia de Estudiantes, donde Juan Ramón se había hospedado algunos años antes. Ei Maestro vivía en un piso alio- calle de Velázquez, esquina Lista- -con terraza verdeoro que pintara Benjamín Falencia, y donde, en las largas tardes de primavera y verano, reunía a los poetas jóvenes entre los cuales destacaba ya Federico. La alegría arroUadora, casi disparada, del po eta granadino, es un acicate en la melancolía casi permanente de Juan Ramón. Federico hablaba con i asión de su Granada; tanto y con tales dotes de persuasión que Juan Ramón se decide a hacer una visita detenida a las bellezas granadinas, con Zenobia, invitados ambos por la familia García Lorca. El encuentro del poeta con Granada es como el choque violento de dos grandes fuerzas líricas. Juan Ramón, tan andaluz de su triste Andalucía, tan árabe emanador de io hondo, tan catador de lo bello misterioso, de lo inefable extraordinario, siente que Granada estaba allí, como esperándole desde siempre. Federico es, esta vez, su guia, y así, contagiado de la pasión del joven poeta, todo parece que cobra irreales contomos. Desde el Darro hasta el Generalife, no hay calle, jardín o jardincillo, convento, iglesia, casona, rincón, fuente o perfil que no contemple, entre el desvarío del verso lorqueño y el otro verso que se le alzaba dentro, arroUador, enigmático, purísimo, desconcertante. Granada es una ciudad de aguas soterradas. Todos, antes que él, lo habían dicho. Agua lírica, multiforme, avasalladora. Desde el agua de Villaespesa, con féretros de espuma y cadáveres de rosas según le dictaba su musa parnasiana, hasta el agua de Manudl Machado, agua oculta que llora También I ederico la había cantado y Juan Ramón sabía aquello de Escuchad los romances del agua en las choperas... O lo más permanente de Barandales de la luna por donde retumba el agua... El producto de fama mundial Contra dolores, gripe, resfriados, reumatismo Pero el agua que siente Juan Ramón es distinta. El agua de Granada- la del Generalife- -se le entra dentro y se le hacfi sangre y alma. El poeta está viviendo por tma extraña, inexplicable circulación lírica que le enferma y le sostiene. Juan Ramón, que todo lo mudaba y lo hacía suyo, en transmutación ipersonal, nos da en un r o mance extraordinario la presencia huidiza, palpitante, dej agua granadí. Escuchadle: ¡Locura de canto y llanto, de las almas, de las lágrimas! Entre las cuatro paredes, penan, cual llamas, las aguas; las almas hablan y lloran, las lágrimas olvidadas; las aguas cantan y lloraii, las emparedadas almas. i Silencio! que ya no lloran. ¡Escuchad! que ya no hablan. Se ha dormida el agua y sueña que la desenlagrimahan, é Coda toblBta lontiene 0.5 gr. de aspirina

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.