BLANCO Y NEGRO MADRID 04-06-1960 página 33

EN LA HISTORIA DE CHILE NUNCA HUBO CATÁSTROFE SEMEJANTE DECLARACIONES DEL EMBAJADOR DON SERGIO FERNANDEZ LARRAiN El embajador de Ohfle en España, don Sergio Fernández Larrain, habla de las- graves ponsecuencias de los terpemoto s que han asolado a su patria. (Foto Garcia- Pelayo. L A actualidad h a traído a Clíile to en su patria. ¿Qué fué lo que más al primer plano. Los teirenM -le impresionó? -Afortunadamente, no he vivido tos, maremotos, erupíciones volcánicas y Uiivias torreiKsiales que nunca en zona propensa a los terreh a n sumido al país en la desespera- motos. No obstante, eñ 1939, cuanción, han acaparado el inteíés del do el dramático terremoto que costó mundo y han vuelto hacia la desola- la vida a más de treinta mil persoda nación todas las miradas. Con nas, visité al día siguiente de producirse el seísmo una de las ciudatan infausto motivo hemos mantenido una breve entrevista con el em- des más afectadas, Concepción, ciudad que también a, hora h a padecido baí ador de Chile en España, don mucho. El espectáculo era aterraSergio Fernández Larrain, en el desdor: las casas destruidas las famipacho del director de BLANCO Y lias sin hogar, el miedo, el terror NEGRO y en presencia del ministro pintado en todos lk) s rostros. Un cuaconsejero de la Embajada, don Aldro alucinante que, nuevamenite, sé varo Droguett. habrá reproducido. -Señor embajador: la tierra de- La relativa frecuencia de los teChile, desgraoiadaimente, ¡propenrremotos en la zona sur de Chile sa a los terremotos; sin embargo, hace temer nuevo seísmos en el fu ¿recuerda usted alguno tan terrible turo; ¿qué medidas podrían adopcomo éste de ahora? tarse para evitar las trágicas con- -De ninguna manera. No hay resecuencias de los mismos? cuerdo en la hisitoria de Chile de- L a s construcciones asísmicas. una catástrofe semejante. Otros haii, Existen determinadas fórmulas en sido de mayor intensidad y han caula construcción, experimentadas en sado más víctimas, ipero todos se países de frecuentes terremotos, Jacircunscribieron a una zona Kmita- pon entre otros, que parecen resisda. El de ahora h a abarcado una tir los mayores deísmos. En el sur enorme extensión, tan grande ue de Chile, en algunas poblaciones, se puede decirse que afecta a la mitad construye así, y ajhora mismo se ha de Chile. A este respecto, baste de- comprobado su eficacia. En Concepcirle que de las veintiséis provincias ción, la parte niíeva de la ciudad, del país trece han sido dañadas por sólidamente edificada, ha resistido los terremotos. A lo largo de 1.500 el seísmo, y las destrucciones más kilómetros, en una e x t e n s i ó n de importantes y dólorosas han acaeS 64. CO 0 kilómetros cuadrados, la tiecido en los barribs antiguos b hurra de Chile ha padecido lá furia mildes, de débiles consEtruociones. desatada de la naturaleza. ¿Se tiene idea de los daños su Posiblemente, el señor embajafridos en la siderurgia de Huachipador habrá conocido algún terremo- to, pilar de la economía chilena? -Afortunadamente, en el volumen d e noticias amargas que cada día recibimos, la única consoladora es la de que la siderurgia no ha sufrido d a ñ o s de consideración. Es más, según mis informes, los desperfectos líodrán ser reparados en breve y dentro de quince o veinte días volverá a funcionan a pleno rendimiento. ¿Y las industrias afectadas? Las noticia son imprecisas, pero se teme que las industrias textiles, dé celulosa, azucareras y mineras se h a y a n visto gravemente dañadas. Piense en la magnitud de la catástrofe: han aparecido y desaparecido islas, han surgido nuevos volcanes, se teme que varíe el curso de algunos ríos; ¡figúrese lo que habrá padeeido todo lo que estuviera asentado sobre esta doliente geografía! -Una última pregunta: ¿a qué se dedican, en primer lugar, los habitantes de las zonas siniestradas? -Agricultura e i n d u s t r i a En aquellas provincias se cultivan dos tercios del trigo que produce el país y el 40 por 100 de la producción de patatas. ¿Quiere añadir algo el señor embajador? -Agradecimiento. E x p r e s a r mi agradecimiento a España por la ayuda que nos presta; ayuda material y moral y afectiva que nos permite sobrellevar la tragedia, que los españoles han sentido como propia. J. M. G.