BLANCO Y NEGRO MADRID 28-05-1960 página 11
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página11
- Fecha de publicación28/05/1960
- ID0005257075
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m é i. v n u U) S (h u í- v. H Vti IfMi. V, i H 4- W i- í -í 5 i VESTÍBULO DEL ACTUAL EDIFICIO DEL DIARIO t) E LA MARINA DE LA HABANA KDIARIO DE LA MAI INA trata de demostrar que el Diario de la Marina es un periódico escasamente patriota. Bien es verdad 4 Ue la Revolución se dedica igualmente a revisar la Historia del país y a poner en la picota a las ñguras más notables de ella, con la finalidad de encontrar puntos de apoyo a sus acciones del momento. España debe, pues, al Diario de la Marina ue en la oleada de reacciones que se registró con el desastre del 98, no se hundiese alli nuestro nombre y las sustanciales aportaciones hechas a Cuba por la presencia y el trabajo de los españoles. Siguió aumentando el periódico su prestigio y su tirada. Bajo la dirección de don Nicolás Kivero se mantuvo el Diario en una línea de objetividad, templanza y moderación, actitud eminentemente difícil y arriesgada en un país siempre presto a dispararse y que acababa de pasar por una verdadera guerra civil. Pero el lema del periódico era hasta hace algunos días Dios, Patria y Familia y esas tres palabras son las que han venido guiando su conducta desde 189 S. Don Nicolás murió en 1919. El lieriódico estaba ya consolidado. Formaba parte de las instituciones cubanas. Parecía que había pasado los peores temporales, y que nada en el futuro podría alterar su profunda signiñcación nacional. El timón fué empuñado por el hijo de don Nicolás, José Ignacio, el fabuloso Pepin Rivero, que ocupó el despacho de su padre, instalado ya en un edificio expresamente construido en el paseo del Prado- una de las vías habaneras que han conservado, a despecho de los tiempos, el aire más castizamente español que imaginarse pueda: con sus grandes farolas de hierro, en las que aparece el escudo de España; su arbolado frondoso y el ornamento de las parejas de enamorados sentadas en los bancos al caer la tarde. A Pepín Rivero le dedicó Víctor de la Serna muchos elogios y muchos recordatorios, y fruto de tales muestras públicas de gratitud fué el acuerdo municipal madrileño de levantar en el Parque del Oeste un monumento conmemorativo que se inauguró el año 1954, con fondos recaudados en suscripción popular. Porque Pepin Rivero había seguido la línea marcada pdr su padre, y las cosas de España no sólo siguieron tehiendo en el Diario de la Alarina espacio y colocación preferentes, sino que incluso fueron mejoradas. Pépín Rivero no se apartó una línea del rumbo inicial: catolicismo, patriotismo, toieirancia, moderación, perfeftcionanilento técnico contiáuado al servicio del público lector. En los vaivenes liolíticos del país el Diario tuvo que hacer frente a las acusaciones y envidias de tirios y troyanos, y pasó momentos difíciles, tan difí Üles que Pepín Rivero llegó a verse obligado a sacar a 6 us hijos de Cuba porque su seguridad corría peligro. El propio Pepín Rivero sufrió un atentado comunista y tresultó gravemente herido el año 1934. Las muestras de españolismo del periódico conocieroh su punto de mayor riesgo en 1936. La guerra española tuvo un paralelo en la colonia española de Cuba, donde ciertos tópicos y una no pequeña falta de información crearon un bando máyoritario que apoyaba a la República. El Diario de la Marina no vaciló. Afrontó gallardamente la sittiación, y el propio Pepín Rivero, que vino ¡a recorrer los frentes, fué obsequiado coh una. boina roja en recuerdo de la filiación carlista de su padre, don Nicolás. La inacción de las izqui das cubanas fué fulminante. Diez m suscriptores se áíérotí de baja en un solo día, como se recuerda en otro lu ar de este mismo número de BLANCO Y NEGRO. Uil aventurero que andando el tiempo llegó a ser aseso influyente del Departamento de íEstado nortéamerltiano, Gustavo Duran, consiguió dejar al Diario de la Marina sin papel. Pero la tenacidad tiene su premio, y poco a poco se fué imponiendo entre los cubanos 1 sentido de la verdad, y el periódico salvó aquella crisis. Ün grupo de periodistas españoles estuvimos visitando el Diario de la Marina con motivo de la Bienal de Arte que se celebró en la caiUtal de Cuba hace algunos años. Que yo recuerde fl rura- ban en dicho grupo Leopoldo Panero, José Antonio Torreblanca, Campoy, Juan Cortés, Santos Torroella, Luis Fonce de León, Bartolomé Mostaza, Castillo y algunos otros que no me vienen a la memoria. José Ignacio Rivero nos recibió