BLANCO Y NEGRO MADRID 21-05-1960 página 54

BUTANO EL USO DEL B U T A N O EXIGE GRAN PRECAUCIÓN CERCA del accidente relatado en las pásrinas anteriores hemos conversado con el director- gerente de Gas Butano, S. A. persona, como es natural, muy conocedora de la manipulación del gras causante de esta desgracia desde el momento mismo en que sale de la refinería hasta que se pone en manos del consumidor. ¿Es peligroso el uso doméstico del butano? -le hemos preguntado. -El buen uso no. Si se observan todas las prevenciones establecidas paira su manejo, no es peligroso en absoluto. Lo que el usuario no debe olvidar nunca es que manipula con u n gas inflamable, y que debe tener muy presentes las instrucciones que se le dan. ¿Es tóxico el butano? -La literatura extran, iera que poseemos, Informes de laboratorios de toxlcologia y de institutos de inves- A tigación sobre seguridad en el trabajo, nos dicen que no lo es, ¿Existe riesgo de explosión de las bombonas en que se facilita para el uso doméstico? -Hasta ahora, no se ha dado el caso, y es prácticamente imposible que suceda. ¿Qué garantías tiene el usuario de que esto es así? -La presión en el interior de una botella llena es de 6 a 7 kilos por centímetro cuadrado, y todas ellas son probadas con presión de 30 kilos por centímetro. Además, como contraste definííivo, de cada lote de doscientas, una es sometida a la prueba de presión hasta su rotura, mediante inyección de agua. La fractura sobreviene siempre por encima de los d e n kilos por centímetro cuadrado, sin (jue la botella estalle, como pudiera creerse, igual que una granada. Primero, la excesiva presión se acusa en una deformación ESCENARIO DEL SUCESO Este plano comprende le vivienda del señor Jordán de Urrfes zona manchada de gris) y las partes en que las de ios señores Bernal y. Peüón resultaron damnificadas. Se hem señalado en él con trazo discontinuo las paredes ebatidas en las dos viviendas contiguas. Por lo que hace a la del señor Jordán de Urrfes, está, en su mayor parte, totalmente destruida. del recipiente, y, finalmente, se abre una brecha por la que escapa el líquido inyectado. Por otra parte, las botellas son probadas por la Delegación de Industria correspondiente, y sometidas a revisión cada cinco años. -Tengo entendido que el butano es inodoro; siendo así, ¿no existe el riesgo de que se produzca un escape y no sea advertido? En otros países se le agrega algún producto odorizante. El que se utiliza en España no precisa esa adición porque sale de la refinería con mezcla de mercaptano, el cual le presta un desagradable olor, muy característico. Es imposible que la mínima fuga pase inadvertida, ¿Está muy extendido ya el uso del butano entre nosotros? -En España tenemos de ciento setenta a ciento ochenta mil abonados. Aquí, en Madrid, alrededor de cuarenta y ocho mil. Para mayor concreción, el 31 de marzo pasado teníamos 43.109, y de entonces a ahora se han formalizado cerca de cinco millares de abonos. ¿En qué cifra se calcula el consumo de esos abonados? -El consumo doméstico viene a ser de una botella mensual p w abonado; una botella de doce kilos y medio, que contiene, aproximada mente, 26 litros. El movimiento de cambio de botellas es de unas seis mil diarias en toda España. De nuestra conversación cgn el señor Cid deducünos varias prevenclones fundamentales: no se debe tener fuego alguno encendido en la habitación donde se manipule con las botellas de butano ni debe nadie fumar en el mismo recinto durante la operación; cuando se advierta que ha habido fuga, se debe ventilar bien la habitación, abriendo ventanas y puertas, porque una ventilación deficiente puede purificar la atmósfera desde la altura de las ventanas hacia arriba y dejar una capa de butano acumulada a ras del piso; la botella vacía debe ser t r a tada como llena y cerrada cuidadosamente, porque pueden quedar en ella residuos que, en libertad, serian peligrosos; hay que mantener una vigilancia constante sobre la válvula de la botella, al manorreductor y la conducción, así como sobre el hornillo o mechero de combustión. Y, finalmente, al advertir cualquier anormalidad, cerrar la botella, avisar a los servicios técnicos y abstenerse de encender otro fuego sin la certeza de que la atmósfera de ¡a habitación h a quedado totalmente purificada. Parece, pues, que no hay que Uner miedo al butano; pero sí manejarlo con sumo cuidado y observar al pie de la letra las instrucciones que dan para su manejo.