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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-04-1960 página 95
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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-04-1960 página 95

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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pequeño mundo del fin de emana se puso a hablar- a gritos y todí o al mismo tiempo: Estás completamente loco; nadie contesta sinceramente delante de los otros... -Tiene algo de iponfesión pública. Yo no juego. Nos reimos, protestamos, cbillamos, nos cambiamos de sitio, bel mos litro de iMÍé ardiendo, dijimos en todos los tonos que ni bablar, y luego- -palabras, pailabra palabras- empezamos a j u gar en broma y acabamos a las siete de la mañana, ron el sol ya bien alto oJire los íejado amarillos del puebloi los ojos ardiendo p o r el humo, apasionados en el juego sutil de las preguntas y respuestas, riendo dé algunas, comen lando otras, negándonos a contestar de Tez en cuando, discutiendo a veces t e mas genérales suseitados por alguna contestación: Á Con idera 8 ique el éxito profesional puede compensar de la soledad? -Sí. No estoy de acuerdo- -terciaba a l guien ajeno por el momento a la pregunta- -y se entablaba una discusión general y aií- aloradísima que suspendía eJ juego durante un buen rato. ¿Eres feliz? Pero bueno, ¿en qué consiste la felicidad? -interrumpía alguien sin dar tiempo a contestar al interrogarlo. Cuando al fin nos acostamos, después de oír Una preciosa mis de alba en la liglesia del pueblo, estuve un buen rato sin poderme dormir, mientras 1 luz de Castilla, que siempre parece copiada por la Naturaleza de un cuadro de Velázqnez, se filtraba en flecos dé lana roja por las rendijas de mis p e r sianas Pensaba en que tal vez nos r e sultase útil, sobre todo a nosotras las mujeres, habitualmente tan fantaseadoras con nuestro sentimientos, jugar un p o quito cada nodfaé- -en ese rato que p r e cede al sueño- cuando los sentidos, los pensamientos y los deseos están mucho más alerta que de día- -al bonito juego de la verdad con nosotras mismas. Tres preguntas solameijte para responderlas con absoluta sinceridad soibre la actuación de la jornada. Obligación de contestar no eomo en el verdadero juego que el interrogado puede callarse si considera que la pregunta no es pertinente, y obligación también de ser sincera en lo posible sin hacer trampas. Por ejemplo: -Al despedirme de él esta noche en el portal be jurado a mi novio que lo adoro. Ha llegado la hora de la verdad. ¿Estoy enamorada de mi novio o tengo sencillamente ganas de casarme para alir de la casa de mis padres, conseguir u n hogar proipio y sobre todo no quedarme soltera, cuando todas mis amigas se van ca a ndo? Si la respuesta sincera es que no estamos en absoluto enamorada de nuestro prometido, aunque l e tenemos gran cariño y deseamos ardientemente tener hijos, un- marido y seguridad, no hay que afligirse por ello. Mucihas mujeres se casan de esa forma y son perfectamente íelices, -esposas ejemplares y amantes y magníficas compañeras para el hombre que las eligió, pero los seres adultos deben ir hacia su destino con los ojos abiertos, sabiendo de verdad por qué hacen las osas sin tonterías n i romanticismos. Hay otras muchas cosas que podríamos preguntarnos: ¿Por qué me siento cada día más insatisfecha? -Si lo que quiero de verdad es b u s carme un trabajo y ser i n d d e n d i e n t e ¿por qué en lugar de gruñir el día entero sin dar golpe no me quedo calladita y sonriente y me busco el t r a bajo y soy independiente sin dar tanto la lata? Me quedé dormida a las ocho de la mañana, con un ueño pesado y sin imá- genes, para n o depertarme hasta las tres de la tarde, cuando me avisaron que los demás me estaban esperando hacia un rato para 1 almuerzo. Pero antes llegué a la terrible conclusión de que aunque, lo deseásemos nunca llegaríamos a er completamente francas con nosotras mismas, ni icon los demás, n i con la persona que más queremos en el muiido. Y, no estoy segura de que eso sea una desventaja, aunque ños duela reconocerlo. A vece el juego de J verdadi practicado a solas, sin fuego, sin- whisky, sin amigos, ni carcajadají, ni comeniariog puede llegar a ser t r e mendamente doloroso, aunque sano, c o mo esas duchas frías que nos recomiendan en los Institutos de Belleza y que, tonificando nuestros músculos, nos hacen sentirnos todo el día escalofriadas y vulnerables. Begoña GARCIA- DIEGO

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