BLANCO Y NEGRO MADRID 06-02-1960 página 34

El misterio de los aviones desintegrados en el aire La viuda del bogado Julián Andrew Frank (a l Izquierda) con los dos hijos del matrimonio y otra persona de la familia. Andrew pereció en el coldente ocurrido I 6 de naro n Carolina de: l Norte. ü A N D o el abosado neoyorquino Julián Andrew F r a n k de treinta y dos años, perdió la vida en la catástrofe aérea del día 6 de enero del presente afio, al desintegrarse sobre el Estado de Carolina del Norte el D. C. -6- B donde viajaba, sus amigos no pudieron menos de cmnentar: -Pobre muchacho. Siempre tuvo el presentimiento de que moriría en un accidente de aviación. Frank dejaba una viuda beOisima- -antigua oovergils de semanarios elegante y dos nifios de corta edad. Se supo que la situación de esta familia resultaba inquietante. Frank había perdido mucho dinero en la bolsa y, en contraste con su prosperidad aparente, estaba acribillado de deudas. Por si fuera poco, la l olicia había iniciado ciertas investigaciones a fin de aclarar el paradero de cuantiosos donativos entregados a FrtMik y destinados a obras de beneficencia. La trágica desaparición del a b o g a d o acalló los comentarios. Inesperadamente, sin embargo, esta (piadosa reserva se transformó en estupor. La pobre viuda de Frank condenada unos días antes a la estrechez económica, se convertía, de la noche a la mañana, en una de las mujeres más ricas del Estado. ¿Qué había sucedido? Sencillamente, que Frank, dos meses antes de perder la vida, había suscrito una póliza de seguros a favor de su mujer por un valor de S O O dólares. Unos bincuenta miOOO llones y pico de pesetas, aproximadai ente. líos detectives de la compañía aseguradora, ól ligada a pag r los novecientos MI dólares, tuvieron na sospecha. ¿No resultaba extraño i iue un hombre lleno de dificultades materiales utilizase para viajar un medio de transporte ue le infundía miedo, y ne su muerte viniera a resolver la situación angustiosa de su fami s. Be haberse quitado la vida voluateiiamente la compafiía de seguras quedaba liberada del pago de la cantidad. Por otra, p rte, los técnicos de la National Airlines, a la cual pertenecía el rato siniestrado, no se explicaban las causas del accidente. Dando pruebas de una tenacidad admirable, consiguieron reunir los trozos dispersos del avión, hasta reconstruir el esqu eto del mismo. Entonces se supo que la catástrofe la había originado una explostón, provocada en el inteiior del aeroplano, en el lugar donde estaban instalados los la b 08, cuyas paredes habían sido despedidas hacia el exterior. Establecieron, además, las cansas de la explosión. Una bomba colocada por Una mano criminal. Quedaba por dilucidar un último extremo. ¿Se quedó en tierra el autor del sabotaje? ¿O, por el contrario, uno de los pasajeros había disfrazado su propio suicidio de accidente fortuito? No era la primera vez que un desesperado cualqui a escogía este medio de autosupresión, arrastrando consigo las vidas de sus compañeros de viaje. Si la muerte voluntaria de uno de los pasajeros dH iD. C. -6- B le reportaba un beneficio, el motivo de la catástrofe había sido encontrado. Sei investigó cuidadosamente la vida de los pasajeros y las oirounstaneias que rodeaban el caso Frank hizo aparecer a éste como i l principal sospechoso. En efecto, su situación económica era; desesperada. La policía investigaba sus dispendlcs, y a pesar de sentir un pánico enfermizo por el avión, había utilizado este medio de itransporte, precisamente tos meses después de suscribir un seguro a faVor de su esposa,