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BLANCO Y NEGRO MADRID 08-12-1935 página 110
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BLANCO Y NEGRO MADRID 08-12-1935 página 110

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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Ruta n e g r a de Josefina o Z u z ú J OSEFINA está sentada delante de mí, y ríe con la blanca ingenuidad de Í; U dentadura; marfil musical con diapasón de coco. Es divinamente itcf ra, con un prestigfio ancestral de deidad antigua. Negra prieta, como dicen en Cuba. Con un color inédito en Europa. Negra sin disimulos broncíneos ni suavidades oliváceas. La negrura platónica de lo negro. Josefina baila y canta con una vocación que halla en su placer su propio premio. Como entregada a la estricta disciplina de un deber de sacerdotisa, y al mismo tiempo con la alegría de una pantera joven que retoza en la selva. Ahora contempla con ojos ambiciosos panoramas incógnitos. Su vida es un combate entre la ambición y la timidez. Desea y teme. Una íntima avidez, de inicio artista y codicioso, la empuja al deseo y la aventara de lanzarse por los caminos del mundo a la conquista de la fama, y una invencible cortedad, que la anienaza con recónditas profecías de fracaso, corta el ímpetu primario y detiene el salto elástico. Intriga vagan; ente que su exotismo, que nace en su pigmentación cutánea y se extien- de hasta sus maneras actuantes, lleva en si, tanto como la razón primera de su ati activo, la posibilidad de su fracaso. Y en las incitaciones con que la tienta la aventura, el temor, la amargura y la desesperación ponen renunciaciones en su ánimo. Josefina, en suma, de. sea ardientemente ir a Europa para exhibir sus danzas y sus cantos; pero ia asusta, negra y sin estudios especiales, lanzarse al gran riesgo que esta aventura supone. Con humildad que proviene de la obscura estígraatización de su piel con impavidez que dimana de su obediencia a las íntimas revelaciones que le llenan el alma, se debate en un cúmulo de vacilaciones y seguridades, de temeridades y valores. Me cuenta sus torturas y dudas, sus luchas íntimas, la gran angustia que atormenta sus días, y que ahora pone, en el ébano brillante de su piel, un resplandor de llama. Entonces yo, para su lección y consejo, con deseo de serle útil, le narro, en síntesis, la historia alucinante de aquella otra Josefina negra, la Baker olivácea conquistadora de París. 1925. París. Escenario del teatro de JOSEFINA B A K E R P O S TULANDO EN LAS CALLES DE PARÍS A FAVOR DE LOS ARTISTAS

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