BLANCO Y NEGRO MADRID 08-12-1935 página 52

No otra cosa parecen acusar los refulgenArtista de dentro a fuera la calidad de su pintura con ser, como es, de irrefuta- tes rayos de singular encanto místico relible valor a n tico, nos llega a interesar me- gioso que se advierte en estas sus pinturas nos que la expresión de su significación estética. Sus Vírgenes y sus Niños, creaciones imaginativas de su genio fecundo, traducen primorosamente lo que vieran los ojos de su alma, la realidad quintaesenciada en su fundamental sentido expresivo en el propio momento de su facundia creadora, ambientada en místicas contemplaciones, estilizada de visiones celestiales, po- larizada en el más sig- nificativo momento de! su exaltación espiri- i tual. Murillo, amante fervoroso de la Virgen, a ella dedicó las más delicadas exquisiteces ¡de su temperamento artístico, y por eso sus Purísimas constituyen ese conjunto estético i que nos traslada de la visión de su belleza puramente natural, a la contemplación de la ¡belleza espiritual, que, i, primeramente nos He- f va a la admiración, al pasmo, al encanto y como al éxtasis, para dejar paso, después, a las alabanzas entusiastas hacia el creador de tan estupendos prodigios de arte. En los hermosísimos cuadros de Murillo, siendo, como es, muj visísima la luz que se desprende en su composición artística, donde no faltan el claroscuro, las penumbras y las sombras, magistralmente empleadas para dar un mayor matiz y relieve a sus figuras, quedó expresada la profunda impresión que debieron ejercer en su privilegiado temperamento, tan sensible a la belleza. TAMBIÉN EN LA P I N A C O T E C A NACIONAL, ES A D M I R CIÓN DE PROPIOS Y EXTRAÑOS ESTE LIENZO QUE REFLEJA LA PUREZA INMACULADA BE LA MAÜRE UE MOS