BLANCO Y NEGRO MADRID 01-12-1935 página 76

PLAZA UFX MERCADO EN SIWA, PRINCIPAL POBLADO BEt, OASIS EN EL SAHIARA ORIEN TAI, ran los árabes y los bereberes o tuaregs. Y florecen en el territorio de Tuggurt, al borde del Desierto, oasis como el de Guadrir, floronado por dos millones de palmas datileras. 1 do el Sahara oriental, sin otra excepción ue la zona dependiente de Tripolitania, pertenece, según, queda dicho, al Egipto británico. Tierra de pocas hamadas y de muchas dunas- -que ocupan enormes espacios desde a Darfur y Kordofán- cuenta con un grupo de oasis separados del valle del Nilo por una distancia de 300 kilómetros. Y If) interesante, lo verdaderamente interesante, es que en ese archipiélago de oasis se encuentra la sede- -corazón y cabeza- -de la formidable Cofradía de los Senusies. regida hoy por un primo de los Emires de TransJordania y del Irak: por el Emir y Gran Senusl Mohamed Idris el Mahadi y Senusi. Temporalmente, este jefe, sin trono pero con poder efectivo, reside en una casita campestre, no muy apartada de Haman, a orillas del Mediterráneo. Allí recilíe a sus jeques, les dicta órdenes, que sus subditos obedecen con devoción fanática, y de allí sale para visitar los poblados de sus dominios y para ponerse en contacto con sus adeptos, que acatan en él la soberanía temporal y la espiritual. Los senusíes forman una secta musulmana i! e aspira a restablecer el primitivismo religioso del Islam, restaurando eti su prístina pureza los ritos coránimos y la fiel observancia de los preceptos consignados en las suras de su profeta Mahoma. La fundación de la secta se efectuó en Senusia (Mostaganén) y a esa ciudad debe su nombre la Cofradía. abs (3l utamente inofensiva en apariencia, pero en realidad ferozmente revolucionaria y guerrera. Es muy cierto que los senusíes se de lican con laboriosidad admirable al cultivo de sus fértiles oasis; es tanibiéli muy cierto que su conducta reviste aspectos edificantes, por la frecuencia y fervor de sus oraci 5 nes, por su sincera renuncia al uso del café. tabaco y bebidas alcohólicas y por su abstención de danzas, cantos y músicas; pero no menos cierto que su ideal, para merecer el Paraíso, se cifra en dos pe ¡ueñeces exterminar a los cristianos y someter al mundo a ia ley de Mahoma. El fundador, Sidi Malioraet Ben Alí, se impuso e impuso a los cofrades la obligación do. no vivir en país donde el poder donnnante no íuese musulmán. Por ello se estableció en el Sahara 3 por ello sus discípulos y sucesores se han. acogido a los oasis saháricos de Egipto cuando los italianos se enseñorearoi en Libia. Desde el Gran Senusi hasta el menor de sus af Iiados, todos predican la religiosidad con el ejemplo; todos llevan el rosario ei. i. la m: ino y nunca colgado a! cuello y todos, llegada la hora de la plegaria, cruzan los