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BLANCO Y NEGRO MADRID 01-12-1935 página 48
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BLANCO Y NEGRO MADRID 01-12-1935 página 48

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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una angustia infinita, OY OS voy a conun desasosiego terrible tar a l g o que se apoderó de él. i Poi entra de iieno qué se sentía morir? en el plano de esas hisNo. Dentro de lo vultorias que muchos llagar y corriente de su máis extraordinarias y vida, no era un pusiláreputáis increíbles. Ya nime ni un cobarde. sabéis que no discuCreyente sincero, tetiré con vosotros sonía su conciencia limbre la verosiniilidad o pia. No. Morales paabsurdo ie mi narrarecía querer decir alción, ni sobre si ésta go, desahogarse de alocurrió realmente o no. go que no quería lleLa creeréis o no. All; varse consigo. vosotros... Y D i o s- -Es menester- -desobre todos. Cincuenta años tenía Antonio Morales cía a ios médicos a la enfermera- es el día en qae mtsrió, de tina muerte bien menester que venga mi mujer, alguna de vtilg- ar, pero tan definitiva y anulatoría mis hijas... He de decirles algo antes de conío otra mneríe cualqtsiera; una muerte morir... algo muy importante para ellas... que lo mismo puede alcanzar al héroe in- Sé que el tiempo apremia... Ya habrán visto trépido qae lia salido indemne de mi! aven- por mi documentación quien soy... ¿Acaso turas peligrosas, como al vegetativo señor les han avisado ya... ¡Por favor, pronto, cuva vida sólo tiene, desde un ptmto cen- pronto... Me siento morir... Y he de hatral, que es su casa, dos trayecíorias úni- blar antes... Es necesario... es necesario... Le tranquilizaron. Sí. Habrían avisado o cas: eí café y la oficina; marió atropellaestarían avisando. Conocían m nombre y su do por un automóvil. domicilio. Quizá alguna coniplicacton adLo de siempre, por otra parte, y sin re- ministrativa de la Casa de Socorro o del lieve alguno de interés ni incidencia de ex- Juzgado retrasaba la aparición a su lado cepción: un hombre qae qísiere cruzar tina de alguien de su familia. Pero no píxiían calle amplia, en congestión perpetua de ve- tardar. Hacía ya tres horas del atropello. hículos y de transeúntes; un automóvil po. ¡Ño! gemía eí moribundo- ¡No me deroso, espléndido, de moderna línea monstuosa entre tanque y submarino, que llega fio! Se pueden retrasar en dar el aviso... de repente veloz, faíai, inexorable; no ve ¡Quizá no sepan dónde estoy! ¡Y es tan al hombre, ni el hombre lo siente, hasta urgente! De aquí, de aquí, avisen, que que las ruedas k pasan por encima, des- vaya alguien... en un taxi... un momenpués de un golpe brutal del para- choques... to... que vengan con el enviado... Lo rueGritos, gente, mucha gente, guardias. San- go... lo suplico... gre en el suelo, un pelele desarticulado que Tanta angustia había en aquel hombre, meten en un t- axi, cuyo conductor no está que se agitaba e incorporaba jadeante en muv contento; luego, un poco de arena so- el lecho, que el médico- jefe autorizó a un bre la sangre. Media hora después, nada. ordenanza para jue fuera ininediataraente Aún vivía Morales cuando llegó a la Casa a realizar el encargo. de Socorro. Pero! o vieron tan grave, tan Y el otro médico, que es amigo mío, me grave, tiac inmediatamente lo trasladaron a ha contado que nunca presenció una agoia clínica! se urgencia, mej w y más am. -nía más angustiada que la de Antonio Mopliamente dotada í ue aquélla. Los médicos rales. Con los ojos fijos en la puerta y el ya tan especializados en accidentes como oído atento al menor ruido, esperaba preaquel y en muertes violentas consecuencia de crírncties, riñas, suicidios, catástrofes, sa de la mayor inquietud. Se veía qu lo comprendieron en seguida que el recién lle- que quería decir, lo que quería a todo trangado no se salvaría. Le atendieron lo me- ce avisar, pesaba físicamente sobre él como jor posible y quedó en una cama vigilado un plomo. Era una angustia tan clara, tan perceptible, que se transmitía y contagiaba, por una enfermera. Morales recobró el conocimiento al atar- e hizo sufrir a los médicos y a la enferdecer. Se dio cuenta perfecta de que iba a mera. Un taxi puede tardar diez o doce minumorir. Y entonces una congoja enorine.

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