BLANCO Y NEGRO MADRID 24-11-1935 página 181

El p a n a m e r i G a n i s m p Por JAVIER LASSO DE LA VEGA L origen del panamericanismo, como el de todo ideal noble en nuestra vida política, lo encontramos en Bolívar. E l S de septiembre de 1810, él futuro libertador declara en el Morning Chronicle, de Londres: Tampoco descuidarán (los venezolanos) invitar a todos los pueblos de América a que se unan en confederación. Dichos pueblos, preparados ya para tal proyecto, seguirán presurosos el ejemplo de Caracas Años después, ya en pleno período revolucionario, dirigiéndose desde Angostura al pueblo argentino, escribe: (Venezuela) os convidará a formar una sola sociedad de naciones p a r a que nuestra divisa sea unidad en la América Meridional En 1822, el Gobierno de Colombia, impulsado por su libertador- presidente, elabora un proyecto de sociedad de naciones hermanas presidida por una asamblea de plenipotenciarios. Años más tarde y preparando el terrreno para la realización de tal proyecto, el Gobierno colombiano celebra tratados de unión y alianza con los Gobiernos del Perú, Chile y Méjico. E n estos tratados, las partes se comprometían a interponer sus buenoj oficios con los Gobiernos de América para que, entrando todos en el mismo pacto, se lograse la reunión de la Asamblea general de la Confederación. Dos años después, Bolívar considera que ha llegado el momento de convocar dicha Asamblea a un congreso en Panamá. Asamblea que debía servir- -dice la circular de invitación redactada por el propio Bolívar- de consejo en los grandes conflictos, de punto de contacto en los peligros comunes, de fiel intérprete en los tratados públicos cuando ocurr- ín dificultades, y de conciliador, en fin, de nuestras diferencias Entre las bases de discusión de la delegación colombiana había una de particular importancia: tomar en consideración los medios comunes para po; ier en aplicación la reciente declaración del presidente norteamericano, con el fin de evitar toda colonización en el Continente. E le niegan. Buenos Aires rehusa entonces ¡a invitación y se abstiene de enviar delegados. Los Estados Unidos nombraron dos delegados uno murió en el viaje y el otro llegó ya el congreso clausurado. Gran Bretaña y Holanda enviaron simples observadores. En el congreso se discute y aprueba un tratado de unión y confederación perpetua (2) que tenía por objeto, dice el ailículo segundo, sostener en común, defensiva y ofensivamente, si fuere necesario, la soberanía e independencia de todas y cada una de las potencias confederadas de América contra toda dominación extranjera... Órgano supremo de la Liga era la Asamblea general, compuesta por dos plenipotenciarios por cada E s t a d o debía reunirse de dos en dos años en tiempo de paz, y anualmente, en caso de guerra. Su función esencial era la de procurar, bajo todo aspecto, la cooperación entre lós confederados. Los plenipotenciarios deben, dice uno de los apartados del artículo 13 del pacto, negociar y concluir entre las potencias que representan, todos aquellos tratados, convenciones y demás actos que pongan sus relaciones recíprocas en pie mutuamente agradable y satisfactorio P a r a dar mayor eficacia a sus decisiones, en un protocolo adicional se prevé la formación de un ejército y una armada internacionales. El ejército se compondría de 60.000 hombres de Infantería y Caballería, repartidos en la siguiente proporción: Méjico, 32.750; Colombia, 15.250; Perú, 5.250, y Centroamérica, 6.750, P a r a la fuerza naval se vota un crédito inicial de 7.700.000 pesos, y su mando se atribuye a una Comisión compuesta por un colombiano, un centroamericano y un mejicano, nombrados por sus respectivos Gobiernos. En síntesis, en el congreso de 1826 los Estados americanos estipulan una garantía colectiva de su integridad territorial y dv su independencia política. Garantía tanto más preciada cuanto que al mismo tiempo se creaun órgano de coacción con que hacerla efectiva. -Javier Lasso de la Vega. Al congreso del Istmo sólo acuden delegados de cuatro Estados (i) Colombia, Centroamérica, Méjico y P e r ú Chil? Bolivia y el Brasil aceptaron la invitación, pero sus representantes no llegaron. El Gobierno de las Provincias Unidas del Plata, en su lucha por la posesión de la provin (2) Es curioso observar que los tratadistascia cisplatina, intenta buscar en P a n a m á de Derecho internacional y los de Ciencias Pouna alianza contra el Brasil, que los orga- líticas pasan en silencio este ensayo de realinizadores del congreso, como era natural, zación de una Sociedad de Naciones perfectamente estructurada por el g- enio de Bolívar. Nos exponen, en cambio, detalladamente las concepciones utópicas de publicistas y filósofos anti (1) Colombia estaba formada por panamá, Co- guos y modernos; por ejemplo, de Platón, Danlombia, Venezuela y Ecuador. Centro América, te, L Abbé de Saint Fierre, L. Bourgeois, A. Alpor Costa Rica, Nicaragua, Salvador, Guatemala varez. Concepciones que, generalmente, son obra y Honduras. ingenua de la fértil imaginación de sus autores-