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BLANCO Y NEGRO MADRID 24-11-1935 página 176
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BLANCO Y NEGRO MADRID 24-11-1935 página 176

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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W e hi b III P a sh a Alguieíi se; le acerca y le habla del regí miento de camellos. Se vuelve y m; e explica: Exactamente. Un regiitíiento de camellos. Estos animales son insustituibles. No se trata de una organización montada a la europea, sino de una fuerza de musulmanes. Guando los indígenas del ejército italiano sepan de mí, vendrán á tmírseme. Le contesto qiíe las tropas indígenas Italianas están muy bien consideradas y que e: ta clase de tropas se distinguió siempre por su lealtad hacia sus jefes europeos. Conocidos son en el mundo enteró los tiradbre coloniales franceses, bien sean de Djibuti de Senegál; lo mismo sucede con los Eusi leros Africanos del Rey, al servicio de Inglaterra. ¿Se ha dirigido a ellos alguna vez un níusulmán? réplica el Pásha. Me pareció oportuno evitar esta discusión sobre religión, y seguí mi interrogatorio por otros derroteros. ¿Satisfizo a su excelencia la inspección- dte ayer? ¿Sacó buena impresión de ella? Magnífica. Su esj íritu combativo es excelerite. En una de las compañías tuve que retirar de las filas a tres muchachos demasiado jóvenes. Uno tenía once años y los otros dos diez. Otro hombre tenía a su mujer y a sus tres hijos ya mayores. Certifico la veiracidad de esta informacióin Estaban en un camión, ¿no es eso? Exactamente- 7- dicé el Pasha- En el destacamento de infantería ruraí que salió para... Se dettrvo de pronto, temeroso de revelar un secreto militar, Abas Gúl terminé yo. Son maravillosos estos hombres de, Ga lias- -prosiguió su excelencia- Es realmenr te un privilegio que podamos enviarlos en camiones. Cuando llegan a un vado cuya) profundidad excesiva podría perjudicar lamagneto dé los motores, echan pie a tierra, y llevan los camiones a hombros por la superficie hasta llegar a la otra orilla. Para ellos no hay dificultades de terreno. ¿Usted cree que los soldados europeos serian- capaces de hacer otro tanto? Es posible, si no tuvieran más remedio replico un poco picado en mi amor propiode europeo. Yo tampoco lo dudaría, si desde pequeños hubieran sido acostumbrados a tareástan duras como esta. Las tropas europea podrían hacerlo, bien de esta forma o var liándose de otros medios técnicos o mecá- Por LAURiNCE STALLÍNGS EHiB Pasha llega a la residencia del gobernador de Harrar con el uni- forme de gala de general del ejército del sultán Abdul Amid, que vistió én las campañas; de los Balkanes y más tarde durante su actuación notable en la guerra mundial. ¿No teme su excelencia (le pregunta un periodista al tiempo que admira la pistola incrustada de brillantes que el Paslia lleva colgada del cinto) él efecto de los gases en sus tropas cuando éstas traten de cortar el avance de los italianos por el Wadi Schebelli? ¿Gases, dice usted? El Pasha se vuelve y contempla, pensativo, los dos minaretes blancos que diríase se apoyan en el fondo verde, de los trigales de Djijiga. Sí. Los gases son malos. Los gases son malos y la provincia de Harrar es muy grande. Los gases cuestan dinero. Si se tratase de Inglaterra o de Francia, con dinero y paciencia, y no del dictador italiano, demasiado impaciente, porque además las circunstancias se lo exigen... ¿Le parece a usted contestada su pregunta? Vestido de gala, el Pasha no es ya aquel hombre de la pensión que se confundí- i con uno más de los qué le rodean tratandp a dvistS penas de iniciarse en el arte de la guerra moderna. Ahora, es el generalísimo, dado a la profecía, y Con alguna que otra incursión en el terreno de la weltpolitik. Allí- -señala el Pasha extendiendo su brazo cubierto de bordados de oro- allí se abre la tumba de muchos italianos, la del fascismo quizás. Mussolini nó puede ya volverse a t r á s a l e retirarían el apoyo sus secuaces. ¿Que acaso le gustaría desandar lo andarlo? ¿Pero dónde va a encontrar ahora un árbol para descender de su posición comprometedora? No lo encontrará. Es posible que hace seis meses la cosa hubiera sido más fácil. Pero ahora, para que Etiopía se aviniese a concesiones, tendrían que hacérsele a ella otras. Todo muy delicado. Sería preciso consultar tino por uno a todos los gobernadores y ponerlos a todos de acuerdo... Del gobernador de Harrar piensa el Pasha que es hombre más orgulloso que el mi. smo Rey de Reyes. Lo extenso de su poder es objeto favorito de especulación, y el Pasha piensa que algún día aumente su poder. Hoy su excelencia está muy serio. (Este artículo termina al final de la pág Tengo ocho minutos justos dice. na siffttieMíe. y W

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