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BLANCO Y NEGRO MADRID 17-11-1935 página 158
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BLANCO Y NEGRO MADRID 17-11-1935 página 158

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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hoy día. en fel siglo de la radio, todo puede explicarse de un modo científico y racional. Los antiguos varetistas o pendulistas han tomado el nombre de radiestesistas; es decir, son individuos que poseen cierta radiosensibilidad mediante la cual y por medio de la horquilla de avellano o el pendulito, que les sirve de indicador, pueden captar ciertas radiaciones u ondas que emanan del interior de la tierra o de los objetos que se trata de descubrii- Son curiosísimas y muy numerosas las hipótesis que se han íormulado en estos últimos tiempos acerca de la radiestesia. Entre todas ellas, como más sencilla y racional, mencionaremos la de Henry de Frunce. Dice este célebre radiestésista: Nuestro instrumento real de investigación es nuestro cuerpo, nuestro sistema nervioso, y no como algunos observadores superficiales I Manirá d htnftT k varila piensan, la varita o el péndulo. Nuestro cuerpo ejerce muy exactamente el papel. de apaFIGURA 4 rato receptor de T. S. H. Nosotros, pueS, Para ojperar con ht varita mágica de aveliégamps a obtener una especie de extensión del sentido del tacto, pudiendo percibir así llano o- de otra materia cualquiera sé coge las ondas electromagnéticas de los cuerpos con cada una de las inanos cada una de las que nos rodean, emitidas bien directamente ramas de la varita, en la forma que se in- por radioactividad o bien de un modo indi- dica en la figura 4. es decir, de modo que recto por el cpntaeto de las corrientes eléc- cada uno de los brazos quede aprisionado suavetnénte por la palma de la mano y de tricas del ambiente Pero dejemos a un lado todas estas teo- manera que la varita pueda girar libremenrías, más o menos fantásticas, y entremos te sobre sus dos puntos de apoyo, que son los extremos de ambas. ramas comprendidos ende lleno en el terreno de la práctica. Como hemos dicho a, la varita empleada tre los dedos pulgar e índice de cada niano. De otra tnanera cogida la varita Vy pepara las investigaciones es generalmente de madera de avellano. Pero no es indispensa- gados los. codos al cuerpo se marcha lentable que sea precisamente de avellano; ptie- mente con las piernas algo separadas, de de también emplearse una ramita de un ár- modo que la punta delantera de la varita, bol cualquiera, exceptuándose el satico y las quede un poco por encima de la horizonmaderas resinosas. Estas excepciones se fun- tal. Claro es que la varita debe quedar en dan en las propiedades eléctricas de dichas equilibrio inestable y girar sin dificultad inespecies de madera. diferentemente hacia arriba o hacia abajo. Marchando en esta De las ramas superiores del arbusto se dor coil su varita enposición el investigaelige un tallo con tres brazos que formen cada vez que penetra en equilibrio inestable, un campo activo la ángulo agudo (figura i. iZa- án uno de es- tos brazos tendrá un grueso, aproximado al variia. se mueve. Este movimiento puede ser del dedo meñique y una longitud de 2 a hacia arriba o hacia abajo (según la reac 40 centímetros. Se cortará el brazo central, ción del sujeto) y rápido o lento, oscilante conforme se indica en la figura 2. es de- b violento, según la importancia y activicir, dejando tres 0 cuatro centímetros de dad del campo en que se encuentra. Todos los que han visto operar a los ramadera por encima del ángulo para formar así la punta de la varita. No se debe pulir diestesistas pueden testimoniar la violencia o alisar la varita, sino dejarla en forma con que se levanta la varita algunas veces, yendo a chocar la punta contra el pecho del rústica, con su propia corteza. sí se trata entonces la La varita clásica y más antigrua es, conió operador: apretando las manos, de detener se la varita acabamos de decir, la de avellano; tieiie la rotación ventaja de que su elasticidad sé conserva rompe, si es de madera, y si es de metal, n o durante varios años. Peroy hoy día se em- hay muscular que pueda impedir el plean muy diversas materias y formas: se giro cuando está influida. En muchos casos; fabrican varitas de hierro recocido, de ace- varios hombres agarrados a la varita no ro, de aluminio y hasta de metales preciosos han podido impedir el giro ni volvei la a su posición- de reposo. ¡Tal es la fuerza mis (figura 3. la manda! La más práctica de las varitas mcídernas teriosa que cansar a nuestros lectores ha Para no e construye con dos trozos de barbas de ballena unidos por un extremo con una li- gamos aquí punto final. En un próximo argadura de algodón o de alambre. También tículo hablaremos del péndulo y de otros emplean algunos investigadores modernos extremos interesantes de la radiosensibilidad varitas solenoidales, llamadas universales humana. (figura 8. T. de Jlragón.

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