BLANCO Y NEGRO MADRID 17-11-1935 página 86

MUJER EN LA VENTANA, POK VEEEMEER DE DELFT. (D E LA EXPOSICIÓN RECIENTE DE OBRAS DEL MAESTUO) pues fué encontrando concierto en su ánimo y el horror primero se convirtió en entusiasmo. De ello ha resultado un primoroso librito que, traducido y prolongado por él doctor Marañóh- -muy bien traducido y muy bien prologado- -ha visto en estos días la luz de los escaparates. La obra es tan deliciosa como breve: la autora sabe ver en buen crítico de arte y sabe sentir en buen poeta (Quizás lo uno y lo otro sean una misma cosa) No comentaremos af uí ni extractaremos el texto; pero transcribamos unas líneas que dan una gran idea de los españoles, que como tales debemos agradecer, y que ofrecen buena muestra de la calidad de la autora. No sé- -dice la autora- -si hay crisoles cósmicos de fuerza vital; esto es, países- -sobre todo planicies- -que acercan al hombre a las fuerzas universales, como altares que ha levantado la Naturaleza. Pero conozco dos o tres países de este mundo en los que, pueblos de vieja raza, profesan- -por coincidencia singulai- -la religión del homI) re desgraciado: del hombre a qxiicii no le queda nada fuera del centro de su alma que está en contacto con Dios. Mas desgraciado es palabra impropia, creada por el vulgo. i uera mejor decir in- diferente al tiempo y a la pena. Y esta indiferencia proviene de que el hombre de este pueblo ha visto la pena y al tiempo a través del claro realismo de su espíritu maduro; y quizá, después de la decepción, a lo largo de los milenios, de todos sus apetitos. Conoce este hombre las eternas ansias de las esperanzas inaccesibles, la servidumbre de las grandes mentiras, la fragilidad de la dicha que nace del equilibrio y de la virtud. Sabe bien este hombre que la cima de la felicidad y el abismo del sufrimiento son siiliplcs matices de la misma cosa, y nada más. Y que los sucesos se achican, las calamidades y- las dichas se amenguan y se aceptan fácilmente lajo el rayo ue mide nuestra nulidad ante la grandeza de Dios. Esto es, y sólo esto, el fatalismo oriental. El español posee de un modo absoluto esta clase de alma, ¡ue se ha deshojado hasta dejar su tallo desnudo. Y así renuncia a todas las alegrías de la tierra con la mi. sma audacia con (pie las sabría derrochar. Por ue no da a nada, ai a su propia vida, un. excesivo valor. La materia humana- -andrajos de carne- -fué tan indiferente a los santos como a los. conquistadores. Manuel bril.