BLANCO Y NEGRO MADRID 10-11-1935 página 174

se lo más mínimo, dos países miembros de la Sociedad de Naciones, con motivo de Manchuria. Pero la pretensión de Mussolini de instalarse en la vecindad del Nilo Azul la inquieta. Está dispuesta una: vez más a disparar sus cañones en pro del Dereclio y a tomar la defensa del débil- (con su cuenta y razón, por supuesto. Por desg; racia sus dominios prefieren la paz, y, por otra parte, (como lo ha demostrado el Estratega Desconocido) la flota británica no puede dominar el Mediterráneo sin el apoyo de Francia. En vista de esto, el Foreing Office se declara dispuesto a aplicar las sanciones económicas con tal de que se le dé el mandato. Gracias a su hábil, tenacidad, Mr. Anthony Edén ha conseguido que compartan su opinión, además de k Gran Bretaña y sus dominios, Francia y su Imperio. Bélgica, Holanda, los Estados Escandinavos, la Pequeña Entente y Rusia. Pero los vencidos de la Gran Guerra, aquellos a quienes mutiló el Tratado de Versalles, están poco decididos a seguir a la Sociedad de Naciones, que en nada ha cedido todavía, ante sus necesidades de expansión. A lo que parece, no se puede contar con Alemania, Austria ni Hungría, ni tampoco con Polonia, qué se ha acercado 9. los otros tres, ni con Suiza que considera que su neutralidad la obliga a fabricar armas para unos y para otros. En cuanto a los Estados Unidos, siempre deseosos de evitar las intrigas del viejo mundo y partidarios sinceros de la paz, prohibirán quizá el suministro de armas y municiones a ambos beligerantes, pero nada se saoe todavía acerca de lo que dirán de los productos mixtos. En todo caso, el presidente Roosevelt ha manifestado ya que no tenía intención de declarar contrabando de guerra el algodón ni el petróleo. Supongamos que en estas condiciones la Sociedad de Naciones decide recurrir a las sanciones económicas completas. ¿En qué forma serían aplicadas? Italia es una Península situada en el centro de un mar interior, que no tiene más que dos accesos. Sus abastecimientos civiles y militares no pueden llegar a ella más que por cuatro caminos Primero. Por el Estrecho de Gibraltar (vigilado por Inglaterra) Segundo. Por el Canal de Suez (custodiado por la escuadra inglesa) Tercero. Por los j aíses que bañan ei Mediterráneo y el Mar Negro (vigilados por las flotas inglesa y francesa) Cuarto. Por los pasos de los Alpes. a) Por lo que se refiere a los abastecimientos vía Gibraltar, Italia perdería (l) -Los envíos de Gran Bretaña, en azúcar, 41 por ICO; máquinas y herramientas, T 6 por 100; generadoras de electricidad, 10 por roo, y demás aparatos eléctricos, 10 por 100: níquel, 31 por 100, y carbón, 39 por 100. Los de Canadá: trigo duro, 23 por 100; harina, i8 por 100. Los de la Unión Suramericana: Lana, 13 por 100; aráquidos, 13 por 100. Los de Portugal: Cobre, 22 por loo; de Noruega: níquel, 15 por lop; de Argentina: lana, 20 por 100, y de Chile, nitrato, 99 por ICO. 6) Por el Canal de Suez, perdería los artículos procedentes de: Indias Británicas: Algodón bruto, x 6 por 100; caucho bruto, 47 por 100; aráquidos, 78 por 100. Australia: La. na bruta, 44 por 100, Indias holandesas: Caucho, 45 por too bencina, 9 por 100, y parafina, 7 por 100. Persia: Bencina, 33 por 100; petróleto, 10 p o r 100. c) Por el Mediterráneo y el Mar Negro: De Rusia: Trigo duro, 2 por 100; madera, 16 por ipo; mineral de hierro, 30 por roo; carbón, 6 por loo; petróleo, 26 por 100; benzol, tulol, xilol, 20 por. roo; lubrificantes, 10 por 100. De Rumania: petróleo 39 por ICO, bencina 16 i) or 100, lubrificantes, 5 por 100. De España: Plomo, 57 por xoo: de Argelia, mineral de hierro, 21 por 100. d) Por el Continente: Del lado de Francia será, sobre todo, alcanzada en su metalurgia, porque perderá: mineral de hierro, 17 por ico; chatarra de acero, 47 por 100; de bronce, 22 por 100; aceros especiales, 47 por 100, y harina, 19 por ICO. De la Unión Belgo- Luxemburguesa: Hierro y acero, 29 por 100: bronce, 10 por loc; laminados, 21 por 100; cobre, S por 100. De los Países Bajos: Bronce, 12 por 100; bencina, 5 por 100. De Checoslovaquia: Hierro y acero, 24 por 100; aceros especiales, 8 por too. Todo esto demuestra claramente cuál sería la gravedad de un bloqueo completo para Italia, aunque se limite a las potencias actualmente favorables a las sanciones. Ahora que es muy posible que los demás países del Continente no obedezcan las decisiones de la Sociedad de Naciones. En ese caso, ni la flota inglesa ni el Ejército francés podrían impedir que sus productos pasasen por los Alpes. E incluso pediría pedirles Italia que le sirvieran gran parte de lo que Francia, Inglaterra y sus aliados le hubieran rehusado. Sin embargo, hay un producto que los países centrales no pueden servirle; es el petróleo. No hay petróleo más que en Polonia, pero en cantidades pequeñísimas. Y a este propósito conviene recordar la frase de lora Curzon el día del armisticio en 1918: Los 26 por 100; bronce, i por 100; laminados. aliados fueron conducidos a la victoria sobre un mar de petróleo Y es aquí precisamente donde la actitud (1) IJOS porcentajes indican la parte del país exportador en el total de las importaciones ita- de los Estados Unidos resulta decisiva, iíi lianas de azúcar, bronce, etc. en 1934. presidente Roosevelt acaba de declarar que