Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
BLANCO Y NEGRO MADRID 10-11-1935 página 82
BLANCO Y NEGRO MADRID 10-11-1935 página 82
Ir a detalle de periódico

BLANCO Y NEGRO MADRID 10-11-1935 página 82

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
  • Página82
Más información

Descripción

huevo de la pelotita del juego va y viene trazando su parábola blanca en el aire, y. cuando no se la ve, suena su golpe rítmicamente, por dos veces, primero en la tabla de la mesa, luego en el parche de la raqueta, ping pong, ping pong, ping pong ¡ping pong, como si fuera midiendo el tiempo. Entonces me vuelvo a preguntar, ¿dónde se habrá ido la guerra? Tengo una buena yacija, en una casona, cerca de palacio, que es donde han alojado a mi señor. Duermo en su misma alcoba en un lecho angosto, pero ya digo que muy bueno, por mullido y perfumado, junto al suyo mas amplio y más alto como conviene a la categoría que le conceden. Supongo que fundan esta en el esplendor de la rubicundez de su rostro y en el acento de su inglés de Norteamérica; pero yo te confieso a ti, mi buen Juan, que el yanqui dice en su idioma las mismas tonterías que yo digo en español. Ni más ni menos. Pronto he afirmado que duermo, porque es la verdad que lo hago a ratitos y despertándome continuamente sobresaltado. No nos dejan solos en nuestra alcoba, pues que el Negus, para concederle a mi amo algo de su propia dignidad le manda todas las noches unos servidores especiales, que lo mismo que hacen con él en su palacio, velan nuestro sueño rodeando los lechos. Y yo me pregunto si es cuidado o vigilancia, y en mis constantes pesadillas no sé decirte en verdad cuándo las sufro con más espanto, si mientras estoy dormido o cuando despierto y miro a mis vigilantes. ¿Cuándo podrá comunicarte una novedad que tenga verdadero interés tu amigo que te abraza? -Pedro. dero de este desierto. Te anuncio que en cuanto lleguemos al frente italiano me despediré de mi amo, y no para volverme tan solo a Italia, donde dicen que por las sanciones económicas empieza una vida de austeridad y de sacrificio que yo en mi calidad de neutral y de español no tengo pwr qué soportar. Aunque allí, en el frente italiano, me dijeron que eso de las sanciones económicas era muy difícil de aplicar, porque casi todas las naciones están en déficit y no podrán someterse a no importas de Italia y a no exportar a ella, porque eso sería su ruina, la de todas, la de Italia y la de ellas, y que la única nación que no tiene más remedio que obedecer sin discutir los acuerdos de Ginebra, es España, porque es la sola que a ello se ha comprometido a priori, haciéndolo constar en su Constitución, en la ley orgánica del país, a mí, que no entiendo de política y que no quiero creer en esto que me dicen, me entra una gran desconfianza, y como se me ha cansado la curiosidad y no quiero quedarme a asistir a una guerra en que casi no se combate por ahora, ni irme a Italia a lanzar arpegios, vocalizaciones y calderones sin haber comido lo indispensable, en cuanto llegue a Ñapóles tomaré otro barco que me devuelva a mi España, y a ver si me das allá un buen cocido, unas judías con chorizo y unos buenos tragos de viejo Valdepeñas, Y ya contigo, si anuncian algún boxeo entre un blanco y un negro, como el de marras, procuraré otra vez achisparme de tal suerte, que pueda creer que asisto al más descomunal combate de esta guerra italo- abísinía, sin alejarme del suelo de mi España. Porque te juro que todos los días, cómo una obsesión, me levanto cantando aquella frast del tenor cómico de la zarzuela La guerra santa, del maestra) Fiados de la palabra de nuestro amigo, el Arrieta: tenor en cierne, canuto o agraz, que se comunica con nosotros desde el teatro de la L. O que vale España i guerra, sin decirnos nada de ella, porque o y su hermoso sol, no la hay o no la ve, creímos que la carta sólo en tierra extraña anterior sería la última que pudiéramos ofresabe un español. cer a nuestros lectores. Pero ahora mismo recibimos otra muy breve, que a la letra Claro está que de todo esto no le digo dice así: una palabra al yanqui, a quien le he prome Querido Juan: Te escribo desde la es- tido que cuando estemos en la Abisinia itatación, y un soldado abisinio me ha pres- liana, u ocupada por italianos, para hablar tado uno de sus tambores de mis culpas para con propiedad, procuraré que cacemos un que me sirva de mesa. Harto de la vida de búfalo y se lo torearé de capa y de muleta Addis Abeba, mi amo el yanqui decidió an- para darle una idea de lo que son las coteanoche abandonar la ciudad so pretexto rridas de toros de nuestra España. El yande irse al frente, y nos dieron una escolta qui se ha tragado esta trola, como si fuera que hasta aquí nos ha traído. Sigo como un un sorbo de Whisky; se ha puesto muy concan a mi Virs ilio, digno de este infierno, tento, y, caso raro e inexplicable, en cuanto porque esté no es un infierno dantesco. Sos- hornos subido al vagón del ferrocarril ha pecho que el yanaui quiere en realidad vol- roto otra vez a hablarme en francés. ver al frente italiano, porque continuamenAhí va un abrazo con la promesa de hate, en sus conversaciones confidenciales, cerlo efectivo pronto. -Ferfro. siempre en inglés, me ha hablado estos días de las carreteras comodísimas que han consUn poco triste, porque sospecha que aquí truido los soldados del dttce. Yo me alegro acaba este epistolario, por la copia y sin haporque mis canciones napolitanas no tenían cerse responsable, firma ningún éxito en Addis Abeba y porque abrigo la esperanza de volver a ver a la perioJuan JEspaño! y 7 eutral. dista francesa, que es el único oasis verda-

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.