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BLANCO Y NEGRO MADRID 03-11-1935 página 197
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BLANCO Y NEGRO MADRID 03-11-1935 página 197

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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En los dominios de la utopía: un experimento canadiense El extraordinario proyecto de Crédito Social de Áberhart. -Las citas bíblicas reemplazan a los postulados económicos Por PIERRE DENOYER ESPUÉS de los experimentos del presidente Roosevelt, vamos ahora a asistir a un experimento canadiense, i Y qué experimento! Como siempre, se trata de restablecer la prosperidad. ¡P e r o qué ingenuamente! P a r a sacar a! comercio de! marasmo, el gobierno de ia provincia de Alberta se propone distribuir veinticinco dólares por mes (alrededor de 375 francos) a cada d u d a d a no adulto, hombre o mujer. Los niños recibirán algo menos. N o hay que exclamar ¡locura! Todo un pueblo cree en este sistema como en un dogma, y porque. cree, ha derrocado al gobierno existente y ha llevado al poder a los grandes apóstoles de esa nueva religión. N o obstante su apariencia pseudo- científiea- -que le da sin duda cierto l u s t r e ante ¡os ojos de a gente- la nueva teoría económica es, para los habitantes de Alberta, una especie de religión revelada. L a predi ca un buen hombre, maestro de escuela y jnás tarde director, Wilüam Aberhart, el cual, como no pudo ordenarse de ministro del culto presbiteriano, por alguna razón que desconocemos, fundó, hace ya mucho tiem, po, un curso popular de enseñanza religiosa, Subible class creció hasta convertirse en una verdadera institución, The People s Institute, iue gracias a la radio extendió considerablemente su alcance en el curso de estos últimos- años, hasta el punto de tener importancia preponderante en las recientes elecciones de la provincia canadiense. D Ontario, prohibió terminantemente a sus correligionarios y lugartenientes que aceptaran debates públicos acerca del nuevo culto que se denomina Crédito Social Tampoco él lo ha discutido en público con adversario alguno. L a exposición que Aberhart y sus portavoces hacen de la teoría lleva consigo tantas citas bíblicas, que sus adversarios que se permiten atacarla son blasfemos a juicio de los numerosos adeptos, P o r centenares de miles se han visto los buenos canadienses inducidos a firmar esta curiosa promesa, verdadero compromiso de h o n o r Me comprometo a librarme de la esclavitud económica apoyando en las próximas elecciones, solamente a los candidatos que acepten los principios de William Aberhart. Me comprometo a no escuchar de niñgún modo y en ningima forma propaganda alguna, ya sea por radio o por la prensaj que tienda a envenenar nuestros espíritus y a perjudicar al Crédito Social Me comprometo a unirme a las filas del Crédito Social tan pronto como me sea posible Las tres cuartas partes de los cargos públieos de la provincia de Alberta acaban de ser ganados por los candidatos del Crédito S o cial Aberhart, que tuvo la habilidad de dirigir la campaña sin presentar su candidatura, acaba de ser llamado a formar el nuevo ministerio provincial. Todos los ministros son apóstoles del Crédito Social Estamos, pues, en el umbral de un gran experimento: la realización de una utopía. El precursor deLsistema es un inglés: el Nuestro apóstol, de origen alemán, aun- mayor Clifford Douglas, que ío preconizó por- que nacido en el Canadá, en la provincia de primera vez poco después de la guerra. S u

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