BLANCO Y NEGRO MADRID 27-10-1935 página 176

a ver sobre fi las demás compañías de navegación aérea, tales como la Air- Union, que hacía los servicios París- Londres; las líneas Forman, que atendían los trayectos de Alemania y Países Escandinavos; la Cidna, que iba al P r ó x i m o Oriente, y la Aeroposlal, que hacía los viajes de África y América del Sur. Hemos colocado todo nuestro haber sobre un mismo puerto o, como vulgarmente se dice, todos nuestros huevos en la misma cesta. Si la dirección de Air- France no modifica considerablemente sus métodos actuales, me temo algunos tropiezos en nuestra aviación comercial, que viene costando, sin embargo, al Estado, que la subvenciona, cantidades enormes que pasan, en todos los presupuestos, de 150 millones de francos. P o r lo demás, conviene decirlo, se realizan actualmente gestiones para crear líneas cemerciales nuevas, independientes de la Compañía única, que ya trata de acumular dificultades a los esfuerzos de estas líneas en cuya actuación no tiene por qué intervenir. Y así se está formando la Air- Bleu, irñciativa feliz de M. Mandel, para transportar rápidamente nuestros correos a través de Francia; y también Air- Afrique, iniciativa feliz del general Denain, para hacer los servicios a las mejores colonias francesas en África. P e r o no consentiremos que estas iniciativas se vean entorpecidas. La opinión pública, lo mismo que el Parlamento, tiene el deber de fomentar inclusive la formacfón de compañías particulares que podrían organizar nuevos servicios, como por ejfemplo Air- Azul, que hace servicios en Córcega; como Chargeurs Reunís, que con el trayecto Nyaké- Kotonon completa la red de Air- Afrique, disponiéndose también a completar sus líneas de navegación marítima sobre el recorrido D a k a r- P u n t a Negra, que se proponen explotar también con aviones anfibios. Por JEAN RENAITOUR, vicepresidente de ía Comisión de aeronáutica francesa i ON muchos los lectores que nos preguntan con frecuencia: ¿Es verdad que la aviación francesa es tan inferior como dicen con respecto de las demás aviaciones extranjeras? Dadas las preocupaciones que nos proporciona actualmente la política exterior, esta pregunta no es de ningún modo impertinente. Sin embargo, cabe contestar que si nuestra inferioridad fuese manifiesta tan sólo ayer, merced a los esfuerzos realizados durante los últimos años tanto por el Gobierno como por los particulares, nuestra aeronáutica actual puede aspirar equipararse con las mejores. P o r lo que se refiere a los bombardeos, por ejemplo, desde que el general Denain nos dotó de esos grandes aparatos metálicos Marcel Bloch, cuyo radio de acción es de i- Soo kilómetros, con tonelada y media de carga útil, estamos en buenas condiciones para castigar con represalias a aquellos veciBcs nuestros que nos amenazasen con un ataque de aquel género. P o r lo que se refiere a los reconocimientos, tenemos en el avión Mureaux un aparato de primerísima categoría; únicamente en aparatos de caza es donde andamos todavía un poco retrasados. Hasta hace muy poco tiempo disponíamos únicamente de los Nieuport, de modelo ya antiguo y cuya velocidad era tan pequeña que no podían pretender dar alcance a los aparatos enemigos. Estos eran más rápidos, de tal suerte que el cazador se convertía en pieza. P e r o el nuevo Dewoitine empieza ya a salir en grandes cantidades de las fábricas de T o u louse y de Rochefort, y sobre él hay fundadas grandes esperanzas. Porque los ciento o más aparatos repartidos ya entre nuestras formaciones y escuadrillas parecen dar entera satisfacción a los pilotos que los ensayan. El avión de caza más rápido del mundo en- la hora actual es sin duda alguna el polaco P Z. L. que alcanza la velocidad fantástica de 410 kilómetros por h o r a el nuesEn resumidas cuentas, que si bien es vertro, que se acerca a los 400, no le va, por dad que en el transcurso del año actual heconsiguiente, muy en zaga. mos gastado cantidades más elevadas que d e costumbre en nuestra aeronáutica, debemos darlas por bien empleadas. Y al mismo tiempo que proporcionamos a nuestra aviación un Siempre me he quejado de que en los material cuya seguridad y eficacia esté por presupuestos de la aeronáutica se mezclen encima de todo elogio, debemos m o s t r a m o s los créditos de la aviación militar con los también dignos del valor y del heroísmo de de la civil. En Francia no se fomenta bas- todos esos caballeros del aire, de los que tante el turismo aéreo. P a r a facilitarlo no se Mermoz es el prototipo, ya que sigue llevanhan creado campos de aterrizaje suficientes. do a todos los cielos del mundo el buen reY en cuanto a la aviación comercial, sigo nombre de nuestro país. -Jean Renaitour. creyendo que fué un error concentrar en una (CopyrigM by L Espace. sola, bajo el n o m b r e de Air- France, todas