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BLANCO Y NEGRO MADRID 13-10-1935 página 155
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BLANCO Y NEGRO MADRID 13-10-1935 página 155

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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M; u- fil, etc. los textiles, de Lil) eria, Cong: i- ernando f oo y Santo Tomás; los cereales y ¡luevos, de Marruecos; los vinos, de Argelia, etc. Vírica tiene treinta millones de kilómetros cuadrados y i8o millones de habitantes, lo (ue representa, en término medio, seis personas por kilómetro cuadrado. (Esta es la proporción en Abisinia) Para dar a entender lo que África representa para nosotros, la revista Toda v de Nueva York, dice: Liega un avío. Los neumáticos son de caucho; ci caucho prí) cede de África. Y el cromo que entra en la fabricación de los accesorios eroniados del radiador, de los faros y las manivelas de las puertas, también viene de Africa. ya que el continente negro suministra mas de la mitad de este precioso metal. En los neumáticos seguramente entra algotlón y es posible ue entre también cáñamo. Egipto, el Sudán, Uganda, Kenya y Mozambique son países de mucho pori énir para el algodon. Ya hoy esta producción deja sentir su influencia sobre la exportación del algodón americano... Europa recibe de África parte del cobre, frutas, carnes, laña, cuero, azúcar, amianto, plomo y cinc que consume. Y añade la importación cacao, café, vinos, lana, piele- s. diamantes, radium, fosfatos, oro, píatino, etc. procedentes de África. Pero África no sólo es una tierra que produce: tam! ién con. sunie. Ciertamente, las necesidades de los indígenas son todavía muv modestas, pero se nota una mejoría notable en este terreno; los japoneses lo saben muv bien. Se prevé que, dentro de poco, los négros de África serán un mercado excelente para los países industriales. ¿Por qué desea Mussolini la posesión de Abisinia? En parte por causas comerciales, litíopía cuenta aproximadamente diez millones de habitantes, todavía primitivos v con escasas necesidades, I ero este país que permaneció cerrado a los blancos durante siglos, les está abierto hoy. Poco a poco se acostumbrará él pueblo a ver, a comprar mantas, paños, fusiles. lámparas, botas. paraguas, sombreros y mil artículos más, agradables y útiles, que le ofrezcan los c merciantes blancos Finalmente. se comprenderá la importancia müitar de poseer colonias si se tiene en cuenta la lealtad de los africanos en la Gran Guerra. Francia, sobre todo, basa una parte importante de su poderío militar en las tropas cíe color; Francia- -decía Mangin- -es un país de cien millones de habitantes. i o ¿Un nuevo reparto? El ministro de Negocios Extranjeros británico, sir Samuel Hoare, ha indicado vagamente las posibilidades de un nuevo reparto de las colonias, teniendo en cuenta las necesidades demográficas de las potencias europeas. El revuelo que sus palabras han provoca lo en Portugal, basta para indicar que tal eventualidad pertenece todavía al Veino de las utopias. Ciertamente, las rectificaciones de fronteras resultan en África más fáciles que en Europa. En enero de este año, Francja cedió a Italia un territorio de iio.ooo kilómetros cuadrados, al Sureste de l ibia, es decir, un territorio más vasto que Hungría. Pero se trata de una región desértica, con muy pocos habitantes. La cesión de una colonía fértil hubiera sido imposible, Sin embargo. ¡ue sea de un tiwxlo O de otro, el problema del exceso de población ha de ser resuelto. En el Journal de Genn e encuentro estos datos: La densi iad de la jx) blación agrícola (ía industrial y comercial tiene poca importancia en cuanto al espacio (jue CK; upa) es en Italia de 23 varones por kilómetro cuadrado, de 10 en Alemania y de 7.5 t- n Inglaterra. Como el aumento de población es generalmente el uno por ciento al año. hay ue prever que, dentro de quince años, va a tener Italia cincuenta millones de habitantes. Se comprende que la densidad va a ser excesiva. ¿Qué tendrá que hacer Italia? Para desarrollar su industria le harían falta primeras materias; además, los mercados estan ya saturados. En cuanto a la emigración a las dos Américas, no es probaíile que ptieda reeanudarse en una vasta escala. En ¡os años anteriores a la Gran Guerra más de seiscientos mil italianos emigraron anualmente. En 1921, la cifra era totlavía de doscientos Pero en 1933, bajó a tliez y seis mil. Con a emigración detenida, aumentó lógicamente e número de parados. Italia gastó en los seis últimos años 25.000 millones de liras en obras públicas para remediar el paro forzo o. Pero el dinero se agota y al cabo de algún tiempo las obras públicas ya no tienen utilidad practica. Ademas, la crisis mundial ha adíiuirido carácter permanente. Así se explica que Mussolim haya planteado de repente, con carácter dramático, el problema d exceso de población de su país. Habría también otra solución: la colaboración paneuropea en el Imperio colonial de todos los Estados del continíente. Esta es la solución que preconiza el conde CoudenhoveKalergi en su Europa envacht. Sin un nuevo reparto podrían quedar satisfechas las aspíraciones coloniales de los pueblos demasiad numerosos. Pero para ello sería necesaf rio que los poseedores de las colonias renunciaran a parte de su sot erama, y reconocieran a todos los ciudadanos europeos los mismos derechos para colonizar y explotar las tierras exóticas. Porque la circunstancia de Jue Italia se encuentra en vísperas de una guerra colonial, no debe hac rnos olvidar las necesidades demográficas de otros países: Alemania, Polonia, Checoslovaquia, Austria, Hungría. José Antonio Primó de Rivera ha dicho en las Cortes ue la colonización no es sólo un derecho, sino un del) er de los pueblos cuitos. Además, es una necesidad. por ¡ue no es posible admitir que los pueblos blancos se hundan en la miseria, mientras los de color no saben explotar sus propias rííjuezas. Todas las naciones grandes han sido v siguen siendo colonizadoras. i í s- Ré cész.

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