Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
BLANCO Y NEGRO MADRID 06-10-1935 página 172
BLANCO Y NEGRO MADRID 06-10-1935 página 172
Ir a detalle de periódico

BLANCO Y NEGRO MADRID 06-10-1935 página 172

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
  • Página172
Más información

Descripción

LA GUERRA MODERNA Hombres, armas y terrena Por EL GENERAL BERMUDEZ DE CASTRO S r se examinan cuidadosamente las opiniones de los generales extranjeros aficionados a escribir- -especialmente las de los franceses- -acerca d e los múltiples temas militares planteados por el progreso de la motorización y mecanización d e los ejércitos, podrá observarse que en vista de los especialismos que h a creado la técnica, existe cierta tendencia hacia los ejércitos profesionales o de metier, ya que con la reducción del tiempo en filas en todos los países, no hay espacio para que el soldado de reclutamiento se familiarice con los ingenios y artefactos integrantes del material de g u e r r a esta tendencia tiene su fundamento- -un poco egoísta- -en que los cuadros permanentes se ven obligados a instruir todos los años millares de hombres que ingresan en los ejércitos con un deseo vivísimo de salir p r o n t o de ellos; la t a r e a es inmensa, abrumadora, ingrata, porque cuando los contingentes o reemplazos están a medio instruir y apeCon. el desarrollo de la aviación, Inglaterra- -a pesar de su insularidad- -h a llegado a ser vulnerable. Si la potencia que co nstruya una armada amenazadora se convierte en adversario, con la misma razón hay que considerar como tal a la que posea una flota aérea demasiado poderosa. Pues bien, muchos consideran que la aviación italiana es hoy la primera del mundo, y una escuadrilla que saliera del Sur de Italia podría bombardear con gran facilidad la base naval de Malta. L a nueva preocupación aérea, con referencia a un posible peligro alemán, explica la ya célebre frase de Balwin: Nuestra frontera oriental ya no se halla en las rocas calcáreas de Dover, sino en el Rhin. Lord Palmerston decía: Inglaterra no tiene amistad ni enemistades eternas; sólo sus intereses son inmutables. ¿P a r a qué tener aliados en tiempos de paz. Las alianzas pueden resultar molestas y acarrear sacrificios. Inglaterra sabe lo que quiere. Cuando llegue el momento, verá si es suficientemente fuerte para acabar con su adversario, y si no lo es, siempre habrá tiempo para buscar aliados que en el terreno indicado tengan los mismos intereses que ella. El país que conozca estos principios de la diplomacia británica, no sufrirá nunca desilusión, pues sabrá que Inglaterra prefiere el aislamiento espléndido a los compiromisos Inglaterra interviene en una cuestión cuando sus inte- nas educados en doctrinas contrarias a- las que traían, desaparecen, diluyéndoseen la masa general de la vida civil, olvidan lo aprendido y aun consideran su paso p o r el ejército como un recuerdo desagradable; con un ejército dé voluntarios, mucho inásreducido que el de reemplazos obligatorios, ya que la máquina produce una multiplicación de efectos, se lograría menos t r a bajo de los cuadros y m á s eficacia en Iosresultados de la instrucción. L a matemática, ciencia predominante enlos estudios militares, demuestra que una. compañía de amiCtralladoras supera en c a n tidad y precisión de fuegos a un batallón, y. una patrulla de fusiles ametralladores, al rendimiento de una compañía. Así mismo, la motorización rpermite una rapidezen la movilidad tanta, que la logística- -arte de laá marchas- -h a tenido que variar, por completo sus leyes, puesto que el tiempo antes invertido en las c o n c e n t r a ciones y despliegues estratégicos se t r a reses inmutables están en juego. Pero noantes. Conclusión. En la última página de su libro dedicado a Los ingleses Maurois escribe: Si mepropongo ahora, pronunciando la palabra Inglaterra, evocar una imagen sencilla y simbólica, veo una, de esas casas vetustas, cubiertas de plantas trepadoras y de flores, que, construidas hace varios siglos, han sido restauradas, ensanchadas, transfoi- madas y que mezclan a la nobleza de las cosas antiguas la palpitación de las cosas que viven. Las viejas piedras son intactas, pero el hilo eléctrico las atraviesa. Las alas, contruídas en épocas diferentes, se juntan por pasillos, y. escaleras de una complicación increíble. Cubren las paredes retratos, unos excelentes, otros detestables. Una casa nueva, adornada de algunos objetos escogidos, sería quizá más perfecta, pero no tendría el mismo encanto. Inglaterra, se parece a esa vieja morada... No le gustan los parques demasiado bien dibujados, ni las ciudades de traza demasiado rígida, ni los libros demasiado bien hechos. La confusión y la continuidad son las que constituyen su dominio masque la ló, g ¡ca. Esto podría irritar a un espíritu mediterráneo, pero sería en vano. Inglaterra es lo que es y no somos nosotroslos q ue cambiaremos el producto de vein te siglos -Andrés Révesz.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.