BLANCO Y NEGRO MADRID 06-10-1935 página 147
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página147
- Fecha de publicación06/10/1935
- ID0005476137
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LA PERUANA ESPAÑOLA LAS LAGRIMAS DE ANGÉLICA Era un aire suove, tJRio Angélica Palma, la peruana española, entre limeña melancólica y cordobesa ensimismada. Era un aire suave, fino, leve, que oreaba el sofoco hispanoamericano como una brisa refrescante. Nada de reservas mentales, ni mucho menos sentimentales. Nada tampoco de zaiemas sociales, ni mucho menos diplomáticas. Ni un resquicio para el criollismo, disfrazado de erudición. Ni una brecha para el separatismo, ataviado de aniversario. Patriota hasta la médula, hasta el llanto, las lágrimas de Angélica peruana tenían un amargo español. Porque lloraba de emoción ante la victoria de Ayacucho; pero también ante el desastre de Santiago y Cavite. Se estremecía con Capollican; pero también con los Virreyes. Y aliaba, en sus gracias de mu- M jer niña, con la armonía imitativa de su voz dulce, la triste flauta inca y las recias estrofas de La Araucana. Fué de la escuela hispánica de Rodó y Rubén, fieles en la desilusión cuando el desastre. No nos negó jamás delante deí Pretorio, al cantar el. gallo, como tantos Pedros de América. No ocultó nunca vergonzantemente su hispanidad, sino que la proclamo a toda hora, Nunc et semper, con alma, vida y corazón, como un credo. Quienes gozamos amistad tan acrisolada, inteligente y generosa- ue ella sola es el hito en la llanura y el bálsamo en la llaga- -hemos de rechazar ei cáliz de su muerte y refugiarnos, como Marco Aurelio, en la eternidad del alma, o como el salmista, en que la luz ha de lucir perpetuamente. Et lux perpetua luceat ea. Era un aire suave, era un espíritu... ANGÉLICA PALMA, ILA PSKUANA ESPAÑOLA, ENTRE L I M E S A K E i; ANCOI, ICA Y COSDOBESA EMSIMISMABA