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BLANCO Y NEGRO MADRID 29-09-1935 página 174
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BLANCO Y NEGRO MADRID 29-09-1935 página 174

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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acuerdo sea o no posible, pues Etiopía no se decidirá, a negociar directamente i con Italia para llegar a üná solución pacífica del conflicto más que en e! caso de que se convenza de que no puede confiar en una ayuda europea contra Italia, P o r consiguiente, cuanto menos intervenga Europa en el. conflicto africano más numerosas serán las probabilidades de paz no sólo para Europa, sino para África también. Europa no tiene mterés en estorbar el camino a Italia en África. Realmente, dado el estado de la política universal, Etiopía se ver á obligada muy pronto a optar por una u otra de las dos potencias mundiales. Si no se une a Italia, tendrá que apoyarse en el Imperio Británico o en el Japón. Los que piensen en continentes con el espíritu de Cecil Rhodes, tendrán que reconocer que en el conflicto presente Italia, es el explorador de Europa, del mismo modo que Etiopía es el explorador de la idea panafricana. E n efecto: si Etiopía se apoya en el Japón y está armada por este país, llegará necesariamente a procurar la anexión de las provincias italianas del litoral, es decir, de Eritrea y Somalilandia. Como consecuencia de esto puede llegar a convertirse en un Píamente negro, foco de la Panáfrica, en tanto que la adhesión al Imperio italiano sería para Abisinia lo mismo que adherirse a la Euráfrica, a la P a n e u r o p a del porvenir. los europeos impedir que se traslade a Eu ropa. E s t a posibilidad nos amenazaría en él m o m e n t o en que las potencias europeas intentaran intervenir en el conflicto imponiendosanciones o procurando estorbar por ¡a fuerza los movimientos de Italia. Los puntos de vista y los intereses de laP a n e u r o p a difieren en este punto de los de las Sociedad de Naciones. En efecto; para ésta se trata de un conflicto entre dos miembros suyos, con igualdad de derechos; para lai Paneuropa el asunto es una discusión entre una de las primeras potencias civilizadas d e Europa y un Estado africano. P a r a la Sociedad de Naciones lo que se pretende e imponer en África unos principios que fueron pisoteados en Asia con motivo del conflicto de Mandchuriá- en América c u a n d o lo del Chaco y en Europa con motivo de desarme. P a r a la P a n e u r o p a se trata, en p r i mer término, de mantener la paz europea, luego de salvar la paz en África y sólo en tercer lugar de rehabilitar el pacto de lai Sociedad de Naciones. Este es el eje teórico de la paz en Eu ropa, pero el eje práctico es la inteligencia franco- italiana, pues en t o r n o a ésta seorganizan la E u r o p a danubiana y los B a l kanes, Desde que se ha aplazado para las Kalendas griegas la aproximación franco- alemana, la paz europea descansa en la colaboración, de Francia con Italia. E n cuanto se separen, estará a punto de estallar la guerra. El porvenir de Europa depende, pues, de este dilema ¿Se introducirá el conflicto abisinic como una cuña, entre Rom. a y París o será puesta a prueba por la tempestad a f r i cana la reciente- amistad entre ambas natciones latinas? -Condenhove- Kalergi. Desde el comienzo del conflicto africano la Paneuropa exige la neutralidad europea para evitar la guerra, si esto es posible, y si no para localizarla. Si estalla la guerra será deber supremo de

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