BLANCO Y NEGRO MADRID 15-09-1935 página 106

t o afila los lápices, ílena de tinta fe estilo- estoy segura de que en el acto les retiraría gráfica, saca d d cajón sus coademos, limpia su confianza. los lentes, inídye a guardarlos en sa estuche. Se inician los diálogos; aquellas señoras ptKS no puiede prescindir de ellos... (La ver- s e C HIOC I, se hablan, se dicen ainaMes fradad es que no me esjáíco por qué liay en la Bes de d c o para sus artíailos recientes, profesión per ¡o fistica üanta. gente que nece- aunque de lo qitó dicen, a lo que piensan sita gafas... icaya niucfaa distancia, y despné. i de lanzai Ajareoe la invitación número dos, y des- bocanadas de humo de sus cigarriltos a uno paés la tercera, y entonces, a paso regular, y otro lado, sé quedan quietas en su sitio, jpero precipitado, ¡ay! las clasifica la peño- atentas, sü cMúñoyidas, en profundo siIfista, que no tarda n convencerse de que, lencio; va a empezar la presentación, tin njodisto presenta su serie de vestidos ¡lYa están idií los vestidos sastre, los abrijMíevos a ías diez de la nañaua, otro a las gt las pieies, los trajes para paseo, sencidos y media, otro a las cinco de Ja tarde, del líos y d fatíttó los trajes para recepción mismo día todos ellos, y todavía habrá que modesta o de todo lujo... Todo pasa ante r e í r s e con. traje descolad fara asistir, a sus ojos bastante de prisa. Si la periodista ías diez de la noche, a otra presentación de no está muy acostumbrada, o desconoce la TM S taquigrafía, a o tendrá tiempo para anotar Como todavía no fea empezado su labor, g, is impreáones, ni de consignar ios detala periodista no siente contrariedad alguna fl sensacional ya que se encontrará ocu- ante tal precipitación; se sonríe, y persuadí- padai en ver lo que escribe, da de que le ha correspondido una misión Empieza a sentirse excesivo calor. La muy elevada, espera. contemplación de las pieles de marta, de ffJ a el primer día grande; nuestra he- nutria, de astor y de VÍSOT no lo más roína sale a la hora que se había propuesto, pj- siío para refrescar, pero el modisto y en ia caite se cruza con muchas mujeres es ooaii sivo, y oJ sequia a sus visitantes a quienes dirige una burleta con la mirada, con pasteles y ¿dados, como diciéi io3 es: ¡anda, rd ia; hoy voy a O a n d o se acaba la exiiifoición y la mever la moda futura, y tú n o! rienda se va cada coa! por su lado, apresuAi llegar a casa del modisto, la Ikvan a raJofetmente. despidiéndose hasta muy proní s salones reservados para la Prensa; allí to porque sin más tiempo que el necesario está ei directOT, que acoge amablemente a para ingerir almuerzo y repasar las nocada periodista, y se cuida de que estén to- tas tomadas, se verán de nuevo en otros sadas bien situadas, ra lo cual aquellas seño- Jones áegantes. ras organizan poco a poco su rinconcito ó. Eteaníe qnince días se suceden estos modo, donde van a pasarse la mañana. íurontecimientos con igual precipitación, con Las que fuman (son mudias por desgra- la misma fiebre, razón por ia cual, nace y cia) se agencian un cenicero; las de poca crece a ojos vistos é cansancio, esfatura, buscan im taburete para descanso o a n d o r r e s a definitivamente la pwio fe sos piernas, demasiado cortas; las altas ta a su alojamiento, está completamente experimentan resuelta predilección hacia las rendida; le convendría macho descansar butacas altas de asiento, porque ac nodadas y p o su periódico no puede en días les será posible cruzar las piernas j esperando sus artícuy... dejarlas ver para que cuantos estén pre- os Hav. pues, que redactarlos a escape, sentes puedan comprobar que son lindas. mientras la memoria, aun estando cansada. Algunas se qmtan ett seguida los sombre- c mserva vestigios importantes de! o que se ros; los j a n en el asiento; abren i bolso, expuso en casa del modisto. Una ojeada a para sacar el indispemsaíl) le peine, y se arre- las notas, y ¡a trabajar! glan d p d o níetódicameme. retorando las j Á contado que algunas de estas peonauladones Íe su permaiKmte un tamo riodistas escriben sus artícsilos en un estado Mboroíada semisomadeacia, y que esos a i n a d o s Otras señoras se limitan a ediarse d. som- son los mejores que salen de sa pluma. No brero hacia atrás, para airearse un peco y puede extrañarme esto, ya que el sueño es desen Mirazar su frente, pero tal cosa es poco lo único fraiicamlente delicioso de esta vidía. elegante, que si el director d d periódico Por fin... se acabó todo; Jas colecciones cuya r reseníación ostentan las viese así tíe vestidos han desfilado y a la moda ha