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BLANCO Y NEGRO MADRID 08-09-1935 página 173
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BLANCO Y NEGRO MADRID 08-09-1935 página 173

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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AUSTRALIA HA VUELTO A LA NORMALIDAD ECONÓMICA El primer ministro expone la situación del dominio británico. Medidas tomadas para conjurar la crisis Por JAMES A. LYONS, primer ministro de Australia A UNQUE Australia posee importantes industrias secundarias, que dan ocupación a casi la mitad de su población trabajadora, sus rentas se derivan casi por completo de la exportación de sus productos primarios, tales como lana, trigo, azi icar, carnes y minerales. P o r este motivo, Atistralia fué una de las primeras naciones afectadas por la crisis mundial, cuyo efecto inmediato fué la. baja desastrosa de los precios de todos ¡os productos del suelo. El descenso experimentado por las cotizaciones d la lana le fué particularmente adverso. La población de Australia es de casi siete millones de almas, y las rentas o ingresos totales ascendían, antes de la crisis, a unos 3.250 millones de dólares. N o tardó mucho esta cifra en experimentar una reducción de mil millones. El efecto de esta reducción fué desequilibrar por completo las finanzas públicas y privadas y haoer desvanecer la confianza en las emisiones de títulos oficiales. N o paró en esto la crisis. Durante muchos años, Australia había resuelto sus problemas de obras públicas por medio de empréstitos contraídos en el extranjero, principalmente en Londres y en Nueva York. A raíz de la situación que dejainos expuesta, cerráronse para Australia estas fuentes de crédito, colocando así a su Gobierno en una situación seguramente crítica. Imposibilitada de contraer empréstitos y afectada por la baja de los precios de sus productos, Australia se vio en la necesidad de buscar la forma de poder hacer frente a los compromisos financieros contraídos. No faltaron, naturalmente, quienes propusieran el incumplimiento, liso y llano, de aquellas obligaciopes; sin embargo, y felizmente para el crédito de la nación, este consejo no prosperó. Buscóse, en cambio, el consejo de los financieros y de los economistas. Una comisión de peritos, nombrada al efecto, recomendó un cambio radical en las finanzas internas. Se empezó por reducir en un 20 por ICO los gastos oficiales, incluyendo sueldos y jornales, pensiones a inválidos, ancianos y ex- combatientes y otras diversas partidas. Se requirió a los tenedores de títulos nacionales entregar éstos, que debían ser canjeados por otros de m. enor tipo de interés (4 como promedio) y el 97 de los interesados lo hicieron voluntariamente, con lo que se consolidaron, a menor tipo, unos 2.500 millones de dólares en títulos. Al mismo tiempo se redujeron los sueldos y jornales de las empresas particulares y los intereses sobre hipotecas. Se creó el impuesto sobre las ventas y se aumentó la tasa sobre la renta en general. P a r a poder mantener el equilibrio del intercambio se aumentaron casi todos los aranceles y se prohibió la importación de ciertos artículos. Como resultado de tales medidas, el déficit fiscal en perspectiva, cuyo total se estimaba en mil millones de dólares, se ha transformado en un pequeño superávit; ha renacido la confianza de! público en los títulos oficiales y en las emisiones de papel comercial fábricas que estaban cerradas han vuelto a abrir sus p u e r t a s se ha logrado convertir grandes empréstitos, a medida que vencían en Londres, en otros de menor tipo de interés, con lo que el Gobierno de Gamberra ahorra unos diez millones de dólares anuales el paro obrero, cuyo punto máximo fué alcanzado en 1932, ha sido reducido a la mitad y sigue en descenso; se ha preservado el equi ibrio de la balanza comercial y evitado el incumplimiento de las obligaciones oficiales. La producción de artículos de acero y hierro es superior actualmente a todas las cifras anteriores, y el. movimiento del pueito de Sydney ha alcanzado un nivel desconocido hasta hoy. A consecuencia de esto, ei Gobierno ha podido restablecer los sueldos y jornales que redujo durante la crisis, y la industria particular ha hecho lo mismo. Estos resultados se han logrado gracias a la colaboración de todo el pueblo, que se ha convencido de que, en caso de necesidad, las naciones, como los individuos, deben imponerse sacrificios si quieren salir adelante. -James A. Lyons. Copyright AUiance. by North American Newspaper

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