BLANCO Y NEGRO MADRID 08-09-1935 página 101
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página101
- Fecha de publicación08/09/1935
- ID0005477043
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había resonancias divinas, susurros CJIK eran como, diálogos entre vegetales, coro sencillo de las amapolas y la humilde yerba, la aspereza dialectal de los arbustos y la retama y el poderoso cántico de los árboles que allá abajo gemían por su esclavitud, clamaban en esta hora única, mientras el agua de una fuente próxima ífesleía en su chorro fresco y casto la sonata de lo perenne, de la continuidad invariable, de la constancia cuyo Símbolo era la fuente misma. i Oh, Mariani, Mariani! Te he recordado mucho, como tú deseabas. Y recuerdo ahora, de modo fragmentario, alguno de los momentos de aquella amistad nuestra muy casta y muy pura. He recordado ac ¡uel ensueño que fué como un presentimiento de lo inevitable. Había tenido que ausentarme de ia ciudad por una semana, y me extrañó el silencio de mi amigo. ¿Cómo no escribía? ¿Cómo no contestaba a mis cartas diarias, en las que refería todos mis pasos? En esta inquietud tuve una pesadilla inena Z Si.