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BLANCO Y NEGRO MADRID 25-08-1935 página 143
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BLANCO Y NEGRO MADRID 25-08-1935 página 143

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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Al término de ella (acto quinto y último) Aran a parar, hambrientos y sin un céntimo (la cagnotte quedó en la Comisaría) a una granja abandonada. Desesperados e impotentes, apenas les quedan fuerzas para la resignación. De nuevo el azar interviene, ¿Quién es aquél qtie se acerca a la granja? No cabe duda; el notario de Feríé- sousJouarse en persona. El es, en efecto, oue ha salido en busca de los extraviados oor todos los rincones de París. Y todo termina, finalmente, de dichoso modo, coa desenlace feliz y conyugal. Para terminar, CÍMI iodos sus rasgos, esta alusión a la nueva exhumación de Labidie, gpnviene decir que, al contrario de lo que aconteció con esta obra suya. La Cagnotte, la misma temporada, en el propio Qdeón, no logró buen éxito Éa reposición ctiidadosa del melodrama La torre de Nede. Fué, en cambio, muy satisfactorio el obtenido, esta temporada, en la Comedie Fran aise i) or la obra de Becque La parisién, que ha reverdecido sus añejas escenas eosíumbristas tan discutidas a raíz de sn estreno. Eduardo Boardet, en efecto, en ocasión de ser repuesta en la casa de Moliere! a obra de Becque, ha exhumado algunos fragmentos de las críticas que mereció en ocasión de sus primeras representaciones (año 1885) En general, se desprende de ellos que d reprodie más grave que se le imputó es el de haber pretendido generalizar el tipo de la mujer parisina, a través de un caso excepcional y limitado. En Le Gaulois. por ej ni o, escribió H. de Pene: Ño. S parisién no es la parisié es una parisién y Aogjjste Vitu opinó: ¿M, Becque a sisi ra hacemos creer que íodas- fc i risienses se hallan en el caso d e O o t i l d e de Mesni! y que no existe una mujer honrada en París? Pues bien, esta alarmada suspicacia antañona, que de tal modo se escandalizaba por la mala reputación que la obra de Becque podía lanzar sobre las mujeres de Paris, ha haJlado eco, a! través de los años, con motsyo de la reposición de la obra. Elegida ésta- -con El enfermo imaginario, de jMoliére- para uno de los espectáculos radiados de la Comedié, un ciudadano se creyó en el caso de protestar contra esta elección en na carta que publicó C moeéia y a la que pertenecen los siguientes parrafos: i Y es eso ¡o que va a ser radiado al mundo entero! No hav modo de servir más neciamente el prestigio francés, y las familias provincianas, y muchas parisinas tasubien, es seguro que se verán obligadas a cortar la comunicación después de El enferino inmginarioJ Por su parte, Bourdet comenta: ¡Pobre Becque! Después que le costó tanto que 1 c representaran en la Comedie Franí íse, he aquí que, al cabo de cíncnenta años, todavía se le echa en cara que haya- rnáto a entrar En cuanto a reposiciones en los teatros ¡Jg París, conviene señalar como swmmante la de Enrique III y su corte, famosa obra de Alejandro Dumas, en el Odeón, realiza el pasado mes de abril con mediano exiti. Esta obra, ue fué- -es útil recordarío- -en el cincuentenario del gran H J O la p n mera victoria del teatro romántico, parece haber envejecido definitivamente. Para terminar, no estará uizá demasiado fuera de lugar, aun traliándose de una recíente exhumación cinematográfica, una referencia al film Crimen y castigo. iLa obra de Dostoiewsky ha sido vulgarizada en Francia, en estos. últimos tiempos, por! a magnifica versíw escénica que ofreció al público el gran director Gastón Baty. El éxito de éste fué memorable y rottindo. En cierto modo, además, puede decirse que hizo escuela. Su arte magnífico v sutil dio, con esta obra, en su presentación originalísima, grandes avances en lo que al arte escénico se refiere. En el mundo deü teatro civilizado, como en Francia, difícilmente se olvidará esta labor de Gastón Baty, que, por tantos otros títulos, tiene bien ganada y prestigiosa celebridad. Acaso por estas circunstancias. Crimen y castigo es una obra que trata las actividades de los artistas franceses. En este sentido, no extrañará que al realizar ana versión fílmica, los intérpretes hayan sido escogidos entre Jos artistas teatrales y que éstos hayan puesto en el desempeño de su misión un entusiasmo y un primor que les honra. No deja de tener cierta significación interesantísinia el hecho de que algunos críticos cinematc rráficos, al juzgar la i) elíCHla dirigida por Pierre Chenal, juzguen más cinematc ráfica la versión que llevó al íeatro Gastón Baty Esta apreciación cs de la mayor importancia y muy digna de ser tenida en cuenta en lo que atañe a la competencia- -puramente estética, se entiende- -entre el teatro y el cinema y a la polémica relativa al índice de posibilidades con que cada uno de álos cuenta, Pierre Chenal, al sintetizar a su escueta y minuciosa expresión el drama psicol ico, ha prescindido de lo pintoresco y dinámico, de toda la envoltura varia y abigarrada que Baty snoo aprovechar y escenificar de modo prodigioso. Interpreatron la adaptación teatral de Gastón Baty. en lo que se refiere a los prin pales papeles, Margarita Jamois (Sonia) Lacien Nat (Raskolnikow) y Georges Viís V (Poifiro) En la pdícúla de Chenal se an hecho cargo de la incorporación de estos personajes, respectivamente, Mad eine Ozeray, Pierre Blanchar y Harry Baur. Por todas las circunstancias expuestas. se trata, en sama, de tui acontecimiento cineníaíográfico que reviste un gran interés desde el panto de vista teatral TT i en ella. J afaes Múrquma.

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