BLANCO Y NEGRO MADRID 25-08-1935 página 75

meten la pelota e n d marco de los otros? Y, en fin, ¿no es verdad también que los R e y os traen autora, como si no distinguieran entre garandes o chicos o supieran como cambiaron los tiempos, jagruetes compíicadísimos, para montar o manejar, los cuales suelen pasarse los papas días enteros tumbados en la alfombra, quizá mientras la mamá corre por esas calles con otro jttgfüete, su automóvil, para ilegrar lo más pronto posible a a l g Iterar en donde no tiene ninguna nrisar en llegar? Pero me parece que están ustedes a punto de dormirse, y debo terminar, por cons s niente. Sí, señoritas y caballeros. Hasta ahora se creía que l s mujeres, ocultando su fuerza t M- Hi f i debajo de una engañosa debilidad- -y dcblándola por este mismo medio, conforme a la obser acIón de Maquiavelo- mandaban én el mtmdo. Si ello era cierto, las co sas han cambiado, y las mujeres lo saben, por lo. que hasta las ancianas tratan de producir ía. impresión, con su indumento y sus ademanes, de que han vuelto a la infancia. Ellas han aprendido con su fino instinto, antes que los deinás, que son ustedes ahora los que, sin proponérselo, lo dirigen todo y dan tono y fuerza a nuestra época. Son ustedes, no lo duden, los amos del mundo y les pertenece el porvenir y él presente. Pedro Pujol.