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BLANCO Y NEGRO MADRID 18-08-1935 página 242
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BLANCO Y NEGRO MADRID 18-08-1935 página 242

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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ÍO JEASJOSErH 1 tEKA 0 B C 4 PITIII. il I EL FANTASMA COJO Onoo años descaes, y en el mes de noTÍonbFe, nos encontramos en lá hospedería Sfaisaiita de San Benito de las CMas, deparbunente de IUeT t- ilaine- -San BeniiD de las Olas es tm HKrtedto pesquero rodeado de costa brava, loe le protege contm los trknti del I e y úA Nordeste; y gracias a esta protecdmt y a la proximidad d d Gtdf Stream, la temperatma es alU eaecepcwwalmMite snave I ¿s b en taviemo le viátan los tnristas y prolongan sn estancia. 1 pueblo y SIK alrededores pertenecen a la Bretaña más laetoaaL Los mozos osan sombreras a dasta ¡A s de alas anchas, coa dntas qne k s caen sobre b. mKa, y las nmrfiarhas nnas tocas Uancas, gFad as y onnpiicadas. Aquella noche, poco después de la de Todos los Santos, entablaron vaa. ctMiversadón amnnda y extraña los pocos huéspedes qne Isdrá en la hi iedería M a i rita -4 LK as lnro a ustedes que. es derto, señoras y caballeras, y cpie no se dEJ e tomar a broma E 41 esta mansión antigua se oyen todas las- nodhes, a hiHas mny avanzadas, poco antes de amanecer, misteriosos nudos pasos... si, á nudo seco de irnos pasos de persona coja... Cualquiera creoía qoe salen de debajo d d sñdo, y, sin embargo, todos eramos en nuestros cuartos y con b puerta cerrada. CJnando acababa de dedr esto la señora de Cutítrt, viejedlla de nariz afilada, zumbó 1 la dumenca una ráaga de viento que lanzó contra las ventaias la Ihvrá áe noviembre. La directota, gruesa y bondadosa señora de Massiat. se apresuró a contestar con su entrecortada voz ás asmática: -Señora de Cntiot, eso no pasa de ser una pesadilla que faabiá padeció usted pm- leer tantas novdas poücáacas. ¿Pasos de cojo? ¿En nú casa? ¡Eso no se le ocurre a nadie! Aunque estemcK en Bretaña no fiemos creer en duendes. Ya pasó aqnd tiempo- ¡Pasos de cojo! ¿P w qué no nudo de cadmas y á ifún esqud o fosfor cente? Otras dos huéspedes; una señora belga qne habia ido alfi inra ver a su lujo, m o qne cstaJia en tcatamieiito i un sanatorio narítínio, y Juan Lurbe, parisiense, joven mozo fonnado, cnvo rostro toña nmi extraña expresión de btKu humor y (fe ler iia, oonfinuaron lo CÍK por la se ra de Cutíct- -Bueno; supongamos que se trata de un eco, o de affeo qae no sabemt pero lo ó e r 4 es que yo l o he crido- -as furó la señora be a, con vte btatc- yo también, lo mismo que estas sefiwas- -agr ó Juan Lnrbe- Si, señora de Ma. ssiat, he vááa pasos de cojo, y rae gustaría mudio que hulnese tm aporeddo, un fantasma de verdad, s o por 1 gusto de ludjlar con SI un ratito... Estoy seguro de que nos entenderíamos muy bioL En Piudalmezo- -porcpie s Iwetón de aquella parte- -me contó ná ama de cría tantos cuentos íantásticos para n obligarme a óbe fecxr, que ya nada de eso puede asnearme. Terció e a la canvcrsadóa Vonnik, una criada vieja que ttevaba toca brrtona y estaba árviei b a la mesa: Yo t a n g e n l o he eááa, señora; ero como nadie hablaba de eOo, c r d qtie habla cááo mal; pem es ia idaUe que, a veces, se oye andar por la casa, a im cojo- N o por los cuartos, ni por ios pasillos, sino más lejos... La semna de Massiat oo a d m í que fanIñera en su casa nada anormal; pero los esfaierzos que btfcéa para oponerse revdaban que aábié etta habia oído! Quiái te da vela en este entierro, Vonnik? Tu gastra iia te produce ahKiuaciones. -ISo, mamá; l o que ha dicJw Vonnik es táerto- -pTitíisstó Alicia Massiat, naKhacha morena, eJdaaowCnariameHte bonita, de núrada franca y serena- Yo duermo cwno tm liróu, y no he ciáo nada; pero a la ei d de Vonmk s e tioie ¡d saeSo ligero... Si han d o esos pasos de c jo las ráocas de Cotiot; Van Heinunen, d señor de Lnibe y Vmmik, es pcwque los ha habido redbmente. No puede equivocarse los cuatro. Otro huésped recietóe, d señor- CuUed. hombre gmeso, de ojülos vivarachos, que había Oegadp die Naifes aqueQa nusma nodie, exi mó en ttmo bastante vu ar: ¡Uaa. casa embrujada! N o es lo corrioite, y me al ro de húbome hospedado aquí, y ao enfrente. -CblKan ustedes aparte las aparicáoiKS de fantasmas? Lorbe se j i ó a rdr; apuró una oofñta de Hcor, y dijo: -Esa si que es una idea buena. Usted, se ñorta de Massiat, está quegái kise a ioibts horas de qtK en esta p a 3 ñta de Ilte- t- Vilains cueste todo más qne en Romes. Ríes Iñen: ahí tiene usted d me de cooqiensar los efectos de la crisis a maestra costa. Le M

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