BLANCO Y NEGRO MADRID 18-08-1935 página 95
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página95
- Fecha de publicación18/08/1935
- ID0005477769
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hecho del que hay más de un precedente en los Estados Unidos. ¿Acaso la revancha con Max Baer? Menos aún, puesto que el fotogénico excampeón ha abandonado el entrenamiento, ha vtKlto las miradas hacia los estudios de Hollywood y aspira a incorporar nuevas excepcionales figuras masculinas, a lo Tarzán, p. tal, vez héroes maravillosos de cjfiiméricas aventuras varoniles. No. Hay otro hombre que atrae ahora las rairadas de los empresarios, porque a su anuncio se llenan las taquillas de dólares; y además cuenta su breve carrera como un éxito rotundo axnenizaáo de knack- oufs. Se trata nada menos que de un hermano de Max Baer y ha prometido con toda la solemnidad que el caso merece reconquistar la preciosa herencia que su hermano ha dejado perder. Para ello, naturalmente, cuenta Budy Baer (que así se llama el extraordinario mozo) con unos puños que parecen dotados para fulminar rayos, y ante él, en rápida carrera, han caído fuera de combate cinco boxeadores de segundo plano, y muy recientemente Al Delaney también se entregó al plácido sueño al cuarto asalto del com. bate celebrado en Buffalo. Este es el hombre en quien se piensa para opornerle a Braddock... cuando se pueda. Porque no ha faltado ya un. empresario- -Ch. Murray- ¡fjue viendo el negocio, ha querido adelantarse a todos, y ha ofrecí-