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BLANCO Y NEGRO MADRID 18-08-1935 página 65
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BLANCO Y NEGRO MADRID 18-08-1935 página 65

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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NTERMEDIO LA VIDA EN BROMA UBO consejo de familia. Todos, con excepc: ón del jefe de la misma, que formuló voíoiparticular sobre el caso, acordaron que era preciso salir cuanto antes de Madrid para veranear. Eran los linicos inquilinos de la casa que aún no lo habían hecho, y estaban, según decían doña Veneranda y las niñas, en el más espantoso ridiculo. No podían soportar por más tiempo que todo el mundo les preguntase con cierta sorna: ¿Qué, cuándo se van ustedes? y que hasta la misma portera se hiciese la distraída al verlos entrar o salir, inirándoies como a gente de poco m. ás o menos. Don Crisanto, el paciente consorte y padre mártir, oipinaba lo contrario: que en Madrid, a pesar del calor, se vive muy ricamente y que como en la casa de uno 130 se está mejor en ninguna parte. Además, añadió, como argumento irrebatible, no hay que vivir de apariencias, sino de realidades, y nosotros no podemos sufragar lujos absolutamente innecesarios. Empero, tan sensatas razones, lejos de convencer a sus familiares, fueron desoídas por éíJtos entre los más duros reproches al fundador de la dinastía, el buen don Crisanto, sobre el que cayeron como piedras los dicterios de egoísta, pobre hombre, mal H PORTERÍA 1 padre y otros piropos de la misma scri Con Crisanto adoptó en un principio uvia imiiávida actitud napok- ónica, ai cruza rse. de brazos en espera de que pasase el chubasco; pero finalmente hubo de ablanda r e y transigir cuando doña Veneranda) e h. -i bló, tierna y sumisa, al decirle lo bien que íes sentaría a las niñas- ei cambio de aires, y sobre todo, para apartar a la mayor de u i noviazgo que no le convenia, pues aunque en Marina se cante aquello de que e! amor con la ausencia crece más, ella estaba ses ura de que e! martelo comcnz. -ido tendría fin alejando de Madrid a la muchacha por una temporada. Esto decidió a don Crisanto a la capitulación y se prc: paró el veraneo. ¿Dónde ir? ¡Ecco il probkma! como ahora e preguiitará muchas veces Mussoltiñ cara al conflicto de Abisinia. Por fortuna, en la lectura de un periódico halló la solución al pasar s? ¿vista pnla sección de anuncios varios, y dar con el siguiente que le llenó el ojo, coniií suele decirse: Próximo ferrocarril, en Aldabón ác líi Sierra, alquílase muy Ijarato bonito hotel, con árboles frutales. Pueblo de mucha sou bra. Veraneo fresco y tranquilo. Para tratar, Bar- Arandilla, Tres Peces, -34 Fué don Crisanto, acompañado de doña Veneranda, naturalmente, pon: ¡uc a él le engañaba cualquiera, y cerróse el tr. ito con el dueño del bar. Se hizo el equipaje, li.i preciso para no llevar muchos buUos, y al tren que había de conducirlos al soñado paraíso, aunque alquilado, de Aldabón de la Sierrn.

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