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BLANCO Y NEGRO MADRID 11-08-1935 página 40
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BLANCO Y NEGRO MADRID 11-08-1935 página 40

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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XX El estilo de Hebner. Después de efectuar a l o n a s salidas reglamentarias, debemos ejercitamos en los movimientos de piernas y en los de brazos, recorriendo, claro es, al cMicurso de un amigo amable que nos sujete los pies en la superficie del agua. Nos tumbamos de esptaldas, cbn la cabeza ligeramente levantada y los brazos paraJelos a la superficie del agua. Doblamos un poco las manos por el ipuño, como en la braza, y cuidamos le que permanezcan en posición perpendicular a la üínea de desplazamiento. Acto seguido describimos un semicírculo con el brazo extendido, sirviendo como centro nuestro hombro izquierdo. En el momento en que la mano toque el muslo izquierdo, describiremos otro senñcírculo, iperpendicular al primero, volviendo la mano a su posición, pnimitiva, al mismo tiempo que llevamos hacia eJ exterior la mano izquierda, cuya ipalma, vuelta contra el muslo, se agita rápidamente. Empezaremos a trabajar con él brazo derecho en el preciso instante en que la mano izquierda se encuentre cerca del muslo izquierdo. El estilo que acabamos de describir fué adoptado ipor vez primera por el nadador americano Hehner en los Juegos Olímpicos de Estocolmo. Gjmo caso curioso, diré que los guardadores de la tradición quisieron desconceptuarle, porque, en aquellos tiempos, era r laiiientario na lar sin mover a i mismo tiempo los brazos y las piernas. Recorramos ahora la piscina ciiKo o seis veces aiplicando el estilo de Hebner, tprimero con el concurso de nuestro amigo y después con los pies atados, si es preciso. Estudiemos en seguida el problema del viraje. El nadador dfebe tocar el borde opuesto, acostado de espaldas: por consiguiente, hay que esperar a que una de las manos tropiece con la pared. Cuando, por ejemplo, es la mano derecha- la que se extiende, la izquierda rechaza el rua. movimiento que hace que el cuerpo se vuelva hacia- la derecha, mientras que, echados ya sobre el vientre, tocamos la orilla con ¡la mano derecha. Levantemos a continuación la mano izquierda- por encima del agua y unaimos las dos manos al nivel de la superficie del agua. Con 1 dedos hacia arriba y la cabeza echada atrás, doblamos las piernas bajo el vientre, rechazando, y nos separamos de la orilla con un fuerte, injpulso dado con ambas manos, lo cual hace- sumergirse á nuestro cuerpo. Cíiando Ja parte superior de éste adopta una posición perpendicular a la superficie del asrua, nos apoyamos en el borde de la piscina v caemos de esipaWas. A unos diez centímetros bajo la superficie ponemos las piernas contra la pared del estanque, cubriéndonos con las manos los oídos; sumergimos el cuerpo y atm la cabeza, pero cui- dando mucho de que las manos estén siempre más altas que las caderas, pues de lo contrario nos hundiríamos excesivamente. A continuación damos impulso con los pies, contra la T) ared; emipezamos el movinriento de piernas, y una vez amortiguado el impulso adquirido, reanudamos el movimiento de las piernas. Uevamos Itacia el extericíi la, mano ixquiexida, cuya palniá. iiclt contra u i í 1o, se agita rápWSaiucntc.

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