BLANCO Y NEGRO MADRID 11-08-1935 página 18

He advertido que con los naturales del país parecen haber firmado im pacto de no agresión Los indígenas, más acostumbrados a su presencia, las toleran mejor, pero nosotros, menos familiarizados con ellas, somos sus victimas más propiciatorias. Nos tratan como a encarnizados enemigos, nos persiguen con verdadera furia y son capaces de los más abnegados sacrificios; de tirarse al fondo de una sopera a punto de servirse la sopa, de arrojarse a un plato de ricas natillas, de suicidarse en un vaso de í: afé, etc. solamente con el propósito de hacernos la- vida iniposible. En esto no hacen otra cosa que imitar el proceder de los tivos, én algunos pueblos, que odian cordialmente a todo forastero que asoma por las eras. No parece sino que les cae encima el pedrisco. Total, unas pesetillas que les va a dejar el pobre hombre... pero ¡por si las moscas... 4 Oh, biohito tenaz! Para qué fuiste creado? ¿Qué misión representas en la obra magnífica de la Naturaleza? Dentro de la teoría microbiana, sí se nos alcanza lo que pudieras ser: el microbio de la molestia, pero si orgiánicamente no se te puede consi- rar como tal, te conviertes eji vehículo de toda infección en el acarreo y transporíu de cuanto es pteligroso para la salud pública. Sólo una voz, que yo recuerde ahora, se alzó en tu defensa para justificar que sirves para algo. Un escritor refiere que, gracias a ti, un rey, cuyo nombre se pierde en la nodie de los tiempos, esa noche famosa en la que se han perdido tantas cosas, salió con vida. El monarca dormía nmjeshio. iamente, a pierna suelta, cuando a punto de ser asesinado, tú; mosca, al posarte en las regias narices, le despertaste, con lo que falló el golpe magnicida. Bien está el hecho, pero, i caray! aquel servicio harto lo hemos pagado después los roortale. s. Empero, honradamente, yo he de rectificar. Porque ciertamente, tú nunca al curiosear entre mis papeles, en tu píjlítica de métame en todo, me has dado fácil pretexto para escribir el artículo de esta semana, pues agotados todos los tenias veranií os, ¿de qué Íbamos a hablar? Este año aun se superan las dificultades para el escritor, porque entrádó. ya a gosito, es inconcebible qtte la fantástica serpiente de nuir, asunto inagotable para? pa. sar el rato, inapreciable el asjante colaborador de la Prensa, aun no íiaya descub erto su rastro. Es algo insólito en nuestras costumbres periodísticas. Yo me limito a señalar el hecho. Será cosa de pensar en un concurso internacional de Prensa con un importante premio para el que invente lá más bonita e ingeniosa serpieitfe de mar que pueda imaginarse. Y dicho esto, entorno las niadcras del balcón, y con tu permiso, mosca, voy a ver S! Í duermo una siestecita. Luis Gabaídón, (DIKIHOS DH CSTRAN- O