BLANCO Y NEGRO MADRID 04-08-1935 página 159

LOS NUEVOS ELEMENTOS DE GUERRA Las armas de la m o d e r n a Infantería Por el general BERMUDEZ DE CASTRO s imposible abordar siquiera el tema zado de reserva, manta, tienda individual, víde los armamentos de la Infantería, veres para dos o tres días y recipiente de sin que surja de la sucesión de sisrlos agua o vino, y si camina por montanas pila evocación de g uella interminable colum- Quetes, garfios, rollos de cuerck; el infante na de peones, que los orgullosos caballeros casi desaparece bajo la balumba de objetos de la edad media llamaban cabezas de d a- Q e le agobian. Sin embargo, es el de meva para indicar que la gente de a pie no nos corpulencia entre los hombres de retenía otra misión que la de dejarse macha- clutamiento: aun perduran los privilegios de car el cráneo; luego, andando el tiempo, se I f otras Armas, y los buenos mozos son llamó carne de cañón como si su único elegidos para ir sentados en los armones puesto en la batalla fuese servir de blanco a de la Artillería o sobre los lomos de un la Artillería; el pobre infante, con el chuzo caballo. j al homliro, guarnecido todo lo más de maH o pas de los adelantos industriales Has de alambre que le dejasen agilidad, fué se acelera; las armas de. fuego adqmeren captando del ingenio del hombre los arti- a eficacia insospedhada; surgen en el ciefic os más extraños y empezó por la honda, lo s aviones; ercanon escupe proyectiles se aferró luego a la ballesta, blandió la ala- enormes cargados de explosivos forrnidables; barda y la espada de dos manos, hasta que el aire se envenena de gases mortíferos; es la invención de la pólvora v con ella el na- necesario suprimir el descanso, marchar de cimiento del arcabuz dieron principio a su noche y combatir de día. A caballo o sobre soberanía sobre el campo de batalla. An- el armón se duerme; aunque parezca mensiosa de bastarse a sí misma, acaparó cuanto tira, a pie y andando se duerme también a pudo, V eran de ver nuestros tercios de Plan- ratos, y se des, pierta en el. tropezón con el des, flor y nata de la Infantería, manejan- que va delante o en el santo suelo. E 1 infante agrega hoy a su carga la cado picas, espadas, arcabuces, mosquetes, culebrinas o pequeños cañones (el actual ca- reta anti- gas, que no se apartará ya nunca ñón de Infantería) caballos para las des- de él y que le da el aspecto de un nionscübiertas, barcos para pasar los ríos, zan- truo. Pero otros monstruos amenazan a la eos para cruzar por los pantanos, y en todo Infantería; el carro de asalto, que se cree (eran diestros aquellos soldados inmortales, asimismo invulnerable, y el traidor y aleque sin el defecto de los motines por falta voso nido de ametralladora pesada, que se de pagas hubiesen sido el tipo más perfec- esconde tras de parapetos blindados; ento del hombre de guerra. tonces se acuerda el infante de las culebriAparece el fusil; a poco se le añade la as que acompañaban a las banderas de bayoneta; resucita la pedrea, pero con gra- los tercios para destruir las empalizadas de nadas de vidrio rellenas de pólvora, se ali- los campamentos enemigos, y adopta el cagera el fusil con el invento de la carabi- ñon de Infantería y el mortero, qué quizá na y queda la Infantería dividida en sus tres disminuyen su movilidad, pero le dan apinstitutos de granaderos, fusileros y caza- titud para ya que frente a sus muchos addores. versarios, hacer mientras haya batallones Pronto pierden le fusiles ipeso y tama- en pie no puede el enemigo cantar vicño, y con ellos se unifica el armamento dé toria. toda la Infantería; desaparece el granaLa función crea el órgano; se impone dero, porque el alcance de las armas im- que esa Infantería tan cargada de peso, tan pone el combate a distancia: el fuego co- complicada de artefactos, no pierda su agimienza a, ser algo preciso, exacto, materna- üdad de maniobra al ritmo en que gana tico; el orden de ibatalla se hace un hilo y potencia ofensiva; el motor. de explosión, el soldado busca una piedra, un montón de que tantas aportaciones ha ¡hecho a la guetierra, un agujero donde ocultarse o lo cons- rra; el automóvil, viene en ayuda de la truye con su útil de zapador. Ya empieza a Infantería, que a fuerza de dinero se concomplicarse el equipo de la Infantería, pues vierte en Infantería con ruedas, que dela reducción del calibre disminuye el peso V ora kilómetros y se traslada con vertigide los proyectiles y permite llevar consigo nosa rapidez allí donde se necesita su esmuchas municiones, al par que la salud del fuerzo, soldado exige que transporte sobre sí. cal ¡Aii! ya era hora de que el asenderea- E