BLANCO Y NEGRO MADRID 04-08-1935 página 136

AQCI T 7 N- A VISTA I E I EMBOCArHA DEI. NtrEYO TBATBO ASTORIA LA CIUDAD DE E l TEA- 0 SIODeEílO REAL. IZADO CON TONA SLEZA DE PROPORCICXES DESCONODAS T CON INSTAI ACION- ES EI. BCTRIS T DE MUTACIÓN DE ESCENAS VEKDADERAHEKTK ltAI AYIl. I.O SAS. vocaba. Decíame ñltímamente un autor fa- perder manuscritos de autores. El difunmosísimo que no hay máis que un empresa- to Charles Frohman, que era un verdaderio en el West End que le haya pedido al- ro hombre de teatro y se complacía en faguna vez una comedia; naturalmente, le di- vorecer a los autores noveles, descubrió más jo que era el primero de sus cofegas actua- de una vez una notabilidad, cosa que no le les en hacer semejante petición, cuando en sucederá nunca al empresario al uso, que, tiempos de los buenos actores empresarios como dije antes, se contenta con perder oriera un hecho usual para todos. El empresa- ginales y soñar con porcentajes. Llevo murio es el comerciante del teatro. Un autor chos años escribiendo y no se me ha preno debe ir a él, sombrero en mano, para sentado nunca el caso de un editor que me pedirle humildemente que sea lo suficiente- perdiese o extraviase un original o me himente amable para dar un vistazo a su ciese esperar meses y meses para darme obra. E s deber del empresario dirigirse al su opinión sobre mi trabajo. Sin embargo, autor, y decirle: Señor, ¿quiere usted hon- óyese hablar muchas veces de empresarios rarme con una obra suya? Pero el empre- que, o los extravian o los retienen largas sario moderno, engreído de su fuerza, no temporadas encima de su mesa, sin tomarse hace nunca tal cosa. Se sienta en su despa- el trabajo de leerlos. Un empresario se quecho, medio asfixiado por el humo de su jaba a cierto autor porque éste no le había magnifico habano, y sueña continuamente mandado determinada obra. Se quedó corcon porcentajes... Hace poco se estrenó en tado cuando supo que hacía la friolera de un teatro de los arrabales una obra de un cuatro meses que la obra en cuestión estaba autor eminente popularísimo, y por lo que en su despacho y no se había tomado aún pude apreciar, aseguro que no se hallaba la molestia áe leerla. Pues bien, los días presente ni un solo empre irio del centro. de estos empresarios están contados... Los Estos señores no tienen siquiera el instin- autores, por fin, han decidido tomar cartas to vulgar de los negocios para ir a uno de en d asunto y pisar terreno firme. estos teatros y ver si la dirá representada les conviene o no. Casi me atrevería a decir SL John Ervine. que estaban todos ellos reunidos, celebrando iCitpyñght London Intematümal PTESS. Seruna conferencia en el comedor del Savoy... es decir, si no estaban echando a vido excln vo para BXANCO T NSSRO. J