BLANCO Y NEGRO MADRID 21-07-1935 página 162

EL JAPoy: Mi: SIEXTO ADiiiR- iBi- r- íEXTf: üci, M I E X T R S K. STAS HOXORABLE. S DAMAS (INGLATEKKA r XOIlTE- illEBICA) SB VUELiVJKN LA ESPALDA. (De Kvenina SUxndard, jjOridreií) EXTENSIÓN DE LA INFLUENCIA JAPONESA Por ANDRÉS REVESZ X estas últimas semanas ha aumentaPor consiguiente, si sólo se tratase de la o la fíresión iue el Japón ejerce so- penetración del Manclmkuo y del japón en bre China. Tropas del Mikado se en- la provincia de Chañar, el acontecimiento ctientran al Sur de la Gran Muralla, es de- no merecería un nuevo comentario. Varias cir, en la China propiamente dicha. Antes veces hemos hablado de las necesidades que- -con excepción del episodio de Shang- hai- -tiene en aquellas rcg- iones el Imperio del los acontecimientos se desarrollaron en Man- Sol Levante. Seg- uiríamos al Norte de la churia y en la Mongolia interior, o sea, en Gran Muralla, de la jíigrantesca linea diviterritorios que sólo jurídicamente pertene- soria. Challar se lialla al Geste de la procían a China, pero que en la realidad for- vincia de Jehol, que ha sido incorporada en maban provincias autónomas. La Gran Mu- el Imperio de Manchukuo, es decir, en una ralla fué construida por ios Emperadores de región harto conocida por nuestros lectores. Pekín, precisamente para separar a China Pero no se trata sólo de Chahar, sino de del mundo manchú y monjiíólico, para de- a provincia de Hopeí, llamada antes Chili, fender a! imperio contra la invasión de los y también Pechilr, q u e e s una- la más sepbárbaros del Norte. Se trataba de dos mun- tentrional- -de las dieciocho provincias que dos diferentes. M anchuria, aunque pobla- forman la China propiamente dicha. Se trada por refugiados chinos que huían de los ta de un territorio de 116.000 millas cuahorrores de la jjucrra civil, no ha pei dido dradas, poblado por unos niillones de hapor completo sus características manchúes; bitantes, y en cuanto a su importancia poademás, baio Iq. dictadura de Cliang Tso- lítica, el lector se dará cuenta de ella, cuanLin. formaba un país poco menos que inde- do le dig- amos que en la provincia en cuespendiente de Pekín y de Nankin. En cuan- tión se hallan las ciudades de Pekín (hay to a la Mon. ETolJa Interior, vivía siempre una Pcining y Tién- tsin. vida autónoma bajo sus príncipes iiidijienas. Se trata, pues, de una penetración de la E