BLANCO Y NEGRO MADRID 21-07-1935 página 75
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página75
- Fecha de publicación21/07/1935
- ID0005478239
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qae Jes rodeaba quedó en un silencio emocionado, como nunca- lo había habido. IV Desde entonces siempre fueron juntos. La Nube seguía el curso del Río, reflejándoBe en sus agruas, y éste la sentía, como gravitaT dulcemente en sus hombros. i Qué nttóva arrogancia adiiuirió el Río! Ensanchó su curso hasta parecer un mar en movimiento; hendió las montañas, pujante y embravecido; salvaba los más profundos desniveles en íaJtos audaces y rítmicos, envolviéndose en espumas hirvientes y en penachos de agua pulverizada, atra esados por los siete colores del iris, mientras cantaba con estentórea voz clara y retumbante. Mientras, la Nube, sonriente y anhelante, i.