BLANCO Y NEGRO MADRID 07-07-1935 página 114
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página114
- Fecha de publicación07/07/1935
- ID0005179273
Ver también:
En el dorado atardecer de Castilla, las voces infantiles suben al cielo en a n himno de pureza. Cantan las pequeñas desheredadas de la vida, las nenas sin Jiogar. sin padre, sin madre... TTiman en el crepúacailo rubio los pajariUos sin nido. ¿Sin nido? No. i ¿Sin madre? No. ¿Sin padre? Tampoco. ¡El caballero de las niñitas pobres, el luchador del céntimo, d hombre que tiene amigos influyentes y que los sabe interesar por sus amigos miserables, ha pasado su mano por la cabecita de una niña, recostada en un sillón junto a la entrada en la casa. Es hija de tuberculosa- -nos explica- -y está delicada. Por eso no se junta con las demás. Su madre está muy enferma en la cama 32 de la sala 13 del Hospital General. ¿Cómo te llamas? -preguntamos. Una carita flaca de ojos enormes se alza hacia nosotros. -Carmen Ibeas... Han terminado los rezos. Salen las niñas. Enjambre blanco, rodean a sor Alicia y a Fernán Cruz. Las hay de todas edades, de todos aspectos. Nenas de cuatro años, de mejillas pálidas todavía, y mocitas de quince, con colores de manzana madura. -Estas dos, tan monas, son hermanas- -nos las sigue presentando Juan de Dios- Se llaman Elvira y Carmen Pérez. Sus padres murieron en un mismo dia... Se quedaron sin nadie... -Pero encontramos a las madres... Le NO eOÍ O OFICIOS APRENDEN I. AS PEQUEÑAS ASOLADAS DE POZUELO, SINO, CUANDO TIENEN DISPOSICIÓN, -T A M B I É N AKTES