BLANCO Y NEGRO MADRID 30-06-1935 página 82
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página82
- Fecha de publicación30/06/1935
- ID0005179447
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de inferioridad respecto a las hordas salvajes africanas u oceánicas. Ni los abominóles rascacielos, ni los feí sinios y modernísimos montes de hormigón y cemento armado son suficientes para dar, a los europeos y norteamericanos, lo que posc- en los indígenas del Continente negro y los pobladores de las islas del archipiélago filifiino: hogar propio, casa para cada familia. Los dos grandes problemas sociales, que no aciertan a resolver los gobernantes, son los planteados por el paro forzoso y por la falta de viviendas. Se sabe que el paro obedece al abuso del maquinismo, y no se ignora que la crisis de la vivienda se debe al abandono del campo, a la fuerte atracción que las fábricas y las ciudades han ejercido sobre los labriegos. Pero, aun conocida la causa, no se ha logrado poner remedio al mal. De muy poco han servido las barriadas obreras, las ciudades satélites y la protección dispensada a los edificadores de casas baratcis. Con paliativos no pueden lograrse curaciones. A impulsos de la necesidad- -ya el refranero nos advierte que la necesidad carece de ley, enseña más que la Universidad, y hace correr al cojo y saltar al gotoso, -los pobres discurren, y arbitran medios de obtener cobijo. E n Alemania, Italia, Austria y oíros países- -recuérdese la información recientemente publicada en estás páginas- -se están aprovechando para viviendas los vagones desechados por las Compañías de ferrocarriles y adaptados hasta convertirlos len abreviaturas de hogar. No se ha limitado a esa utilización la inventiva de los necesitados. De ello testimonian las fotografías que sirven para ilustrar este artículo. En los opulentos Estados Unidos de América del Norte, en las afueras de la próspera ciudad de San Luis, existe el barrio de los Tanques. Allí el recipiente inservible para el transporte de petróleo se utiliza como guarida. Cierto es que carece de condiciones higiénicas y que en punto a habitabilidad nada tiene que envidiar a las antiguas galerías de la madrileña Tinaja y a los ya desaparecidos socavones de la montaña del Príncipe Pío. No obstante, esos tanques, que no tienen ni valor de chatarra, sirven para resguardo de la lluvia y del frío a obreros en paro forzoso y reducidos al ejercicio de la mendicidad. También en los Estados Unidos un ingenioso ciudadano ha adquirido la propiedad de ia desvencijada carrocería de un automó vil, la ha instalado en las afueras de la (Autorizada ia publlcaclán de este anuncio por la Dirección General de Seguro v Ahorros, con fecha 9 de Mayo de 1935) YNESTRILLAS- RAMIREZ