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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-06-1935 página 180
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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-06-1935 página 180

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
  • Página180
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la inda y mire de vez en cuando a esc paraíso de valle en cuyo fondo se alza el pico del Teide. UN CASO DE CONCIENCIA. -No, no es nada complicado su caso. Es corriente. El hombre de cierta edad que gusta de una mujer y gusta al mismo tiempo de su libertad. Corrientisimo. La labor es de usted. Hay que pinchar un poquito al hombre y que no dejar ver, desde luego, el alfiler con que se le pinche. Hay que ser coqueta y que embaucar al hombre de tal modo que no se acuerde de nada; ni siquiera de que era cómodameníe feliz con su soltería y su criada para todo. En cuanto a lo que diga el pueblo y a lo que piense e pueblo, ¿a usted qué le importa Que el hombre se case con usted es lo que le interesa. Y ya verá: para entonces su futuro marido va a ganar lo suyo con tener que curar a muchas de hidrofobia. curso que usted apunta: ser más coqueto que ella. Pero, puesto que está usted- enamorado, ¿sabrá ser coqueto. Lo dudo. Para representar a la perfección un papel no basta con saberse de memoria el papel mismo. Play que entrar dentro del papel y que sentirlo sobre todo. A usted los gestos desdeñosos y la indiferencia le van a salir muy mal. De todos modos ensaye. Por ello no va a perder nada, puesto que ya se tiene todo perdido. sesperada, ni que clamar al Moneda corriente. Falsa, pero rriente. Lo cual no quita para sar que en el próximo cambio, zosamente, le han de dar a otra moneda de plomo. cielo. copenforuno UNA CASTELLANA. -El cariño no tiene tierras. Se quiere donde el amor salta y lo mismo un granadino puede querer en Castilla que una castellana en las cuevas del Albaicin. Lo importante es que el cariño sea amor y no todo lo demás que puede parecerse al amor, pero que no lo es. PELILLOS. -Usted supo a su detiempo, y por lo que fuera, desilusionar a un hombre. Y ahora me pregunta usted qué debe hacer para volver a ilusionar al mismo hombre. Pues todo lo contrario de Ho que hizo. Esto es claro como la ius del día. Llegarse a él, y hablarle, y decirle que se equivocó usted y que su familia actualmente no ¡frunce tanto el ceño, ni pone la ara tan hosca. Y, sobre todo, que usted a quien quiere y ha querido siempre es a él y sólo a él. Desp és de todo esto, en que, naturalmente, hay que sacrificar el amor propio, puede usted, si, ser rechazada; pero nunca la quedará el resquemor de que no puso de su parte xuanto pudo para que las aguas volvieran por su primitivo cauce. PALOMA. ¡Pobre Palomita blanca! No me aburro de tu pesadez tu pesadez no existe) ni de tu pena tu pena provoca la mía) ¡Pobre Palomita blanca! Play que hacer un llamamiento desesperado a la voluntad, que lanzar el S. O. S. de los momentos en que aún queda una pequeña esperanza de poder salvar la vida. Eres joven, debes ser bonita, cuentas con una inteligencia privilegiada ¿Vas a regalar todo eso a un señor que no sabrá apreciarlo, que por no querer saber no sabe ni siquiera trabajar? No, pequeña, no; he aquí un caso excepcional en que yo no recomiendo a un corazón de niña se deje llevar del maravilloso impulso. Le recomiendo luche con su propia ra- zón. Escribe pronto y dime- -por favor te lo pido- -que estás dispuesta a abandonar esa absurda idea que hoy te posee por entero. De lo contrario me enojaría y habré de renegar de estas hijas espirituales, que no sé quiénes son y a las que quiero a pesar de todo y sobre todo. UNA LoLiTA ua XA. NXAS. -Lo eterno os enteráis de las respuestas, pero no de lo que preguntan. Dentro de esta sección, aún cuando los casos se repiten, cada uno de ellos tienen su matiz diferente. Figúrate, por ejemplo, a un hombre muy desesperado a causa de las coquerías de una mujer. Pues a ese hombre le digo yo, para consolarlo, que a las mujeres conviene tomarlas como un delicioso pasatiempo. Si tú lees más tarde esta afirmación y te indignas, lo deploro; pero no te lo tomo en cuenta. Para el caso concreto que m, e consultas te diré que ese hombre no quiere casarse contigo. Te dice que quiere, pero no quiere. Si quisiera de verdad lo haría. Por encima de la otra y a pesar de la otra Lo que ocurre es que, como hombre práctico, se queda con las dos. Y esto, probablemente, porque cada una le sirve... para lo que le sirve. ROSALÍA. -No pienso que una mu- ESCALERA DE coLOR. ilía o. Desde luego porque está usted enamorado y el amor no ha de permitirle el razonamiento. Contr- a la mujer coqueta no existe más que un re- jer, por poseer carrera, sea diferente de las otras mujeres. La creo capaz de lo que sean todas las otras y además mejor capacitada para ganarse la vida. No he hablado nunca de emancipación, sino de independencia. Una mujer con titulo universitario no necesita materialmente del hombre, aún cuando espiritualmente sienta, en ocasiones, una necesidad de amor. De amor, sí; pero no de la p o si ció n ni las posibilidades del hombre. Ese tuyo que se ha ido, no se ha ido porque tú hayas estudiado o estudies una carrera. Se ha ido porque... sí: Por lo que se van todos los hombres: por cansancio, por sobra de juver. tud o de inquietud para ser capaces de detenerse. No por ello, sin embargo, hay que sentirse de- -Brutalmente, como usted, quiere: debe romper. ¿Cómo? Espaciando lo que usted sabe me aconseja la discreción) hasta que el espacio se haga infinito y deje de ser. Todo esto porque tiene usted prejuicios y contra los prejuicios no se puede luchar. Y sobre todo porque no está usted enamorada. Siente usted compasión, que no es lo mismo. ¿Para qué me pregunta ciertas cosasf... Es usted cultivada e inteligente. Demasiado lo sabe usted. Dos ANDALUCES NOVATOS. -La pro- vocación partió de ellas. Conformes. Es que les gustaron ustedes de vista, de presencia. El primer día se dejaron acompañar hasta su casa. Señal, de que estaban bien dispuestas con relación a ustedes. Por último, al segundo día y al otro y ai de más allá basta con que sean ustedes vistos para que ellas salgan corriendo y nó quieran dejarse acompañar. Los estudiantes de matemáticas no comprenden el poblema, pero yo si: las han aburrido ustedes en un solo día. Y ya es inútil, porque una mujer aburrida es una mujer que no perdona nunca. J. SPOTTORNO y TOPETE.

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