BLANCO Y NEGRO MADRID 02-06-1935 página 153

la crisis mundial se lialla hoy dominada por el miedo a una nueva guerra, siendo el espanto ante la posibilidad de esa próxima catástrofe la única causa de la paralización de todas las energías y de todas las iniciativas. La confianza no renacerá ni los capitales circularán hasta que esa espada de Damocles, suspendida sobre nuestras cabezas, no sea rota por un acuerdo unánime y sincero, firmado por las naciones europeas. Todas reconocen el fracaso de la economía dirigida, que claramente se evidencia en estos días por André Philip i. La Crise de l Economie dirigée. París, Edition de Cluny- I93. í) al querer defenderla parcial y tímickinente. Ni el oro ni la moneda ejercen ninguna influencia sobre los precios de las mercancías calculados en oro y sobre las tasaciones, comerciales. La crisis proviene de una sobreproducción, de un subconsumo, del miedo a la guerra y de las trabas puestas al libre tráfico de las mercancías. Las co naciones que han abandonado el patrón oro no son más dichosas ni menos desdichadas que las 7 u 8 que lo han mantenido. Las monedas se han separado del oro, lyias tras. otras, porque la situación económica y financiera de los países era tal que ¡a moneda tenía indefectiblemente que derrumbarse. Podríamos decir que cada país tiene la moneda que se merece, y que esa moneda (billetes) se burla de las leyes, de los decretos y de los hombres, tomando exactamente el lugar que le corresponde según el balance del país que representa. La moneda se- e tabütza por- sí- sola- sin el concurso El. O K VIZCONDE DB BZA, ATJTOR DE ESTE i l t de nadie. Cuando artificialmente se desvaloTICDIiO. (FOTO F. E. ra una moneda se da. una prima a la exportación de los industriales del país. Pero el efecto es momentáneo. Todas las primeras tal nombre. Hacienda sana y equilibrada, materias y artículos a importar aumentarán producción ordenada y orgánicamente resus precios, y los interiores se nivelarán flexiva para evitar la anarquía de tanta fácon los del exterior; esto sin contar con brica sin razón de ser, pero con sus aranlas defensas y represalias de los países per- celes prohibitivos correspondientes y tonijudicados con esa desvalorización. Pero, en ficando, en cambio, por la debida cohesión, cambio, se liabrá cometido una verdadera las grandes ramas del alimento, dd vestido, expoliación en las rentas y nolumentos de de la construcción y de los metales, con cuilos particulares, y se habrá renegado por dado exquisito del crédito público, y fomeniaTiacTÓn TÍe- su- propia rrma en 4o s- con- to juicioso del privado. Estas son las entratos anteriores. Si la moneda ha de des- -S anjas- que- -he sacado- robustecidas- -de JEalorizarse lor razones naturales y econó Bruselas respecto de la política económica micas. J o hará por sí sola, poco a poco, y que España debe de s puir, apreciando allí, sin daño, adaptándose cada día a su propio cuando v d a sobre la mesa de operaciones y natural valor. (Delhaize: Problemas eco- la disección que entre todos hacían del cuerfwmiqíies du tenips present. Rapport al Con- po de Europa, que mi país puede vivir mereciendo un respeto y un afecto- internaciogreso. nal, (que no se nos escatimó a los españoles ¿Cuál sea éste? No tenemos que buscarlo que allí acudimos) basados en una indepenen artificios ni en manipulaciones que todo dencia y personalidad modesta; no menos lo perturban y nada solucionan. Fijémonos que decorosa y digna. tan solo en la baíansa del presupuesto, en la En nuestra mano, y no en ninguna ajena, comercial, en el importe de la deuda pública, está nuestro porvenir. No ¡hay nada más y en la. cifra de billetes emitidos. Estos son agradable que ir ai extranjero para regrelos barómetros que ha de tener en su des- sar cada vez más español. -El Vizconde de pacho todo ministro de Hacienda digno de Esa.