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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-06-1935 página 82
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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-06-1935 página 82

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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no hacerlo. Su mente, firmemente e d u c a d a en la ley de Cristo, sabía que los más bellos dones se perdieron por escuchar la tentación de la serpiente. Que desde entonces todas las almas y todas las cosas llevan la marca infamante de la culpa, y que el ángel que quiere substitui. r a Dios es el demonio. Sí, todo eso lo sabía. Pero bajo su saber firme V exacto, en ese fondo abismal que se estremece en lo inconsciente, en la noche obscura del alma, oye la voz de la concupiscencia. La sirena susurra Tú lo puedes todo. Puedes crear el mundo, h a c e r l o tú mismo con tus manos. Esculpir el cosmos. Amasar a Adán del barro. Oye esas voces y su saber cristiano comprende que es Lucifer quien le e. stremece el apetito. Y entonces se confiesa, gritando que lleva el diablo en su ser, que su propia naturaleza es demoníaca. Suben sus gritos por la católica cúnula que lo cubre. Tenía que ser ahí, en San Pedro de Koma, donde el hombre confesas- e, a ramalazos, a anatemas sobre sí mismo, con vendábales de dolor, el alma en astillas. Tenía que ser ahí donde lo que hay de paganía en la criatura clamase su impotencia. LA CiiPÍLLA SIXTINA, Sobre mares y tierras, sobre augurios de profetas y borrascas, entre versos de antiguo testamento, Migiieí Ángel Buonarroti. gladiador moribundo, se desangra en soberbia y humildad. Tan humilde es que enseña sus llagas, como los pobres. Pero sólo le pide limosna ai propio Altísimo, Come puo esser, cJtio non sia pivi mió, O Dio, o Dio, o Dio! Chi m ha tolto a- mi stesso Ch anie fusse pin pi esso O pin di me potessi, che possiof O Dio, o Dio, o Dio... DETALLE DE E L JUICIO F I N A L ASIMISMO FN parece pequeña al lado de su desgracia de hombre. ¿La suerte le fué adversa? ¿N o tuvo cuanito se podía tener, fortuna, rango? ¿Desventura en amores? En sus versos, eii sus cartas, se queja de eso. Pero también se quejaba de falta de dinero, y era ricq. No. Esas contrariedades que vienen de a: íuera no pasan de ser más que episodios. Y su drama era esencial. Es el drama mismo del hombre ante Jo eterno. Es la impotencia de la criatuni. Todos los artistas podían envidiarle como artista. í l. AÜguel Vngel Buonarroti, envidiaba al Cread! r y no podía como cristia- Eugenio Montes.

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