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BLANCO Y NEGRO MADRID 05-05-1935 página 51
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BLANCO Y NEGRO MADRID 05-05-1935 página 51

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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de anécdotas relacionadas con su ajetreada experiencia de la vida hípica, sobre todo en los hipódromos suramericanos, y nos narraba entonces historias muy amenas de su vida en París, cuando ingresó en una cuadra de renombre, siendo todavía muy joven. Pueyo se estuvo preguntando varias veces durante su vida el por qué no ganaría un buen potro suyo, Richdieu, cierta carrera una tarde en el hipódromo de Campamento. Era el mejor caballo que iba en aquella carrera, en la que creo recordar que corrieron sólo cuatro; el potro tenía la distancia- -nadie mejor que Valero lo sabía- lo montaba uti jockey de experiencia, y, sin etnbargo, perdió... Yp poseo el secreto de por qué no ganó Richejieu aquella tarde. E r a la última carrera del programa. Por casualidad yo mé encontraba próximo a la puerta del paddock por donde lo scaballos entraban en Ja pista, y como en aquel hipódromo se podía apostar hasta el momento de la salida de la carrera, me detuve para ver a los caballos pasar. No hatña nadie cerca de nía. Richelieu montado por un yocéíTj extranjero, salía a la pista én aquel momento, algo retrasado de los demás. En aquel instante, se le acercó un conocido aficionado de allí, y, sin reparar en mi, dirigióse al jockey y le dijo eti inglés: Quedamos en eso, ¿verdad... Y nos comeremos ese pavo... Y el jockey respondió: De acuerdo, Si ringa ganará... El buen aficionado que me lea coniprenderá la emoción con que jpe dispuse a seguir la carrera con mis prismáticos. Y yo siempre recordaré la maestría con que aquel jodiey, que en su tiempo había sido un w de mucho renombre, y que continuaba montando admirablemente, supo perder de intento aquella carrera; tarea más difícil que haberla ganado, pues hizo su papel tan discretamente que la victoria de Siringa, por la que se dejó batir, resultó a los ojos del público un caso de, verdadera chiripa, no infrecuente en los hipódromos. Richelieu se puso en cabeza a vra tren loco, y, meHíada la recta, el jockey simuló un súbito agotaniiento del potro para dar tiempo a Siringa a alcanzarle en el último tramo. El cálculo del jocley de Richelieu para dejarse alcanzar de modo que no hubiese lugar a sospecha, fué perfecto. Pueyo se ha ido, sin haber sabido nunca la verdad de aquella derrota. El aficionado dé que hablo murió hace varios años y el- jockey de Richelieu, también. Sólo, pues, podrá saber esta historia algún amigo del jockey o del aficionado que estu era aquella tarde en antecedentes de lo que iba a suceder, y yo, que lo sijpe por casudidad... Miami II qae tantas carreras gaad para Valero PueyO. (iV to Díaz C! asari o. dor de este hermoso deporte. Por su vida de grandeva y de bohemia, según se le diera en el tapete verde del tnrf; su denuedo ante la lucha y su historial cuajado de interesantes Con la dea parición de Pueyo. el turf es- anécdotas. Valero Pueyo fué uno de los pañol no sólo pierde un propietario y un personajes más literarios que puede dar un gran preparador, sino un verdadero anima- hipódromo, Héctor (F O T O S BIAZ CAS. 4 BlBao B Licudí. HIPÓDROMO

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