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BLANCO Y NEGRO MADRID 28-04-1935 página 179
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BLANCO Y NEGRO MADRID 28-04-1935 página 179

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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97 tor poseían todos el secreto de lá juventud de la anciana de que Skor pudiera apresareterna. les, porque suponían que, de necesitar vie- Ciertamente; pero ¿cómo obtener el jos, ya los habría encontrado a ellos, a pesuero en Kormor? Antes de venir Skor, lo sar de sus precauciones para ocultarse. conseguíamos fácilmente; pero ese brujo nos Pero Kroona insistía tercamente en que! o quitó. Dijo qae el crearía na nueva raza estaban en peligro, y pronto comprwidi que de seres eternamente jóveaes, que no netfe- aqudia idea constituía en la pírtwe nmjer sitaríátt el suero de la juventud. Los efec- ana verdadera obsesión. tos de mi última inoculación han pasado ya, En lo que todos estaban de acuerdo era y ahora envejezco, para morir pronto. Pero en el serio peligro que nosotros corríamos, no sería tan mato morir... si Skor no nos y aquellas gentes, buenas y simpáticas, esdesenterrara, oara convertimos en corpses. forzábanse en ayudamos cuanto podían, Aquí, cuando muere alguno de nosotros, trayéndonos víveres y ocultándonos de nuesocultamos cuidadosamente su cuerpo en el tros enemigos. Eso era todo lo que podían subsuelo de nuestras viviendas. Mi compa- hacer, ya que ninguno de dios creía posi- ñero y mis dos hijos yacen aqui, bajo estas ble la salida de Kormor. baldosas... Pero olvidaba oue tenéis hambre A primera hora de la mañana siguiente, un y sed... Vuelvo... vuelvo en seguida. venerable anciano, ene tambjéri nos había Y diciendo esto, desapareció. dado conqKtñía la noche anterior, volvió de- -Pobrecilla- -lamentó IMalte- tiene un nuevo a nuestro escondite. Aparecía alarmapie en la sepultura, y está expuesta a que do y angustioso y sus manos temUaban. este bárbaro de Skor le robe hasta la paz- -Están registrando la ciudad y busrandel sepulcro. doos- -murmuró- Cuentan que hicisteis al- Qué aspecto más extraño el suyo -di- go terrible a Skor y hablan del terrible casjo Duare, con una rara expresión en la mi- tigo que os va a imponer en cnanto os enrada- ¡qué horrible es la vejez! Jamás cuentre. Creo que ha estado privado toda la la había visto. Prefiero morir mil veces, an- noche en el mismo sitio donde le dejasteis; tes de poderme ver así... ¡Vejez! ¡CXh, qué le encontró uno de su. S secuaces y consiguió hacerle volver de su desmayo; ahora, la ciucosa más terrible! La excitación de Duare me sugirió hon- dad entera os busca. Vengo sin aliento, pordas meditaciones psicológicas. Era curioso que estarán aquí dentro de unos minutos. ¿Y qué podemos hacer? -p r a n t ó ver el efecto subconsciente de la vejez sobre la juventud que la desconocía. Pero in- Duare- ¿Dónde ocultarnos? terruriipíó mis meditaciones el regreso de la- No es posible hacer otra cosa- -dijo el anciana. viejo- sino esperar a que lleguen. No deCuando la buena mujer entró en el apo- jarán por registrar un rincón de Kormor. sento, cargada de viandas, Dbare, con los- -íAun podemos hacer algo- -dijo Nalte- brazos abiertos, corrió hacia ella, quitándo- ¿Podríamos pintamos ccanó los corpses, pale las cosas de las manos. ra aparecer seres, vivos? -S i eso, si- -dijo el viejo. Permitidme- -rogó- -que os ayude; soy joven y fuerte. -Pues entonces, traednos útiles para ello. Y ayudó a colocar todo aquello sobre una ¡Pronto, que no hay tiempo que perder! mesa, mientras con una dulce sonrisa conEl pobre viejo salió, sosteniéndose apenas dujo a la anciana al asiento más cómodo sobre sus débiles piernas. que había en la estancia, diciéndole: Es la única solución, Nalte; habéis te- -Sentaos; Nalte y yo dispondremos to- nido una idea luminosa. Si el anciano vueldo: descansad vos, y cuando todo esté pre- ve a tiempo, podemos engañar a nuestros parado, comeremos juntos. perseguidores. La anciana, entre asombrada y agradeciMe pareció que el pobre viejo tardaba da, la contempló nos momentos y se echó una eternidad; al fin, regresó trayendo una a llorar. Duare se precipitó a su lado, abra- caja grande, de madera. Era un estuche zándola con ternura. completísimo de maquillaje, prestado por un, ¿Por qué lloráis? -le preguntó, solí- amigo suyo, vivo, que se dedicaba a pintar a ios corpses. cita. -No lo sé- -decía entre sollozos la infeLas dos muchachas se maquillaron la una a liz- Será de alegría. ¡Porque estoy con- la otra, transformándose en dos minutos en tenta! i Hacía tanto tiempo que no escu- unas viejas Huesudas y arrugadas. Lo difíchaba palabras de cariño! cil era el cabello, pero se lo espolvorearon Vi brillar las lágrimas en los ojos de am- con polvos blancas. Duare y Nalte me transbas jóvenes, que para disimular su emoción, formaron a mí, triunfando plenamente en empezaron a ocuparse febrilmente en la su obra, pues quedé convertido en un pobire viejo triste y achacoso. Tuvieron que darse preparación del refrigerio. Aqneíla noche acudieron a casa de Kroo- mucha prisa, pues el buen hombre nos adna, que así se llamaba nuestra providencial virtió que la patrulla de Skor estaba en la protectora, una docena de seres con vida. casa contigua y ya no tardarían en llegar a Todos eran viejos, y reían de los temores j la nuestra. PLIEGO VII EDGAR RICE BURKOUGHS

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