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BLANCO Y NEGRO MADRID 28-04-1935 página 152
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BLANCO Y NEGRO MADRID 28-04-1935 página 152

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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Los partidos políticos belgas y su actitud con res pecto a los peligros de una con lagración Por EMILE VANDERVELDE N estos momentos en que empieza a nos luchaban: he aquí la política, del partitomar foniia una política nue a, en do católico. Pasemos ahora al partido liberal. Enconque determinadas esperanzas, derivadas de acuerdos condicionados, se mez- traremos, sobre todo en Walonia y especlan con amenazas confusas resultantes, cialmente en la región de Lieja, un estado por ejemplo, del rearme en gran escala de de ánimo muy diferente. Alemania, consideramos quizá interesante Si pudiese existir en Bélgica un partido conocer el estado de espíritu de los diferen- militar, ese partido sería el liberal. No es tes partidos políticos belgas, en lo que se que los liberales no tengan tanto horror a refiere a la política internacional. la guerra como los católicos o los sociaNo existe acaso en Europa país que des- listas; pero se atienen todavía al viejo adaeche c 8 n tanta unanimidad los horrores de gio: Si vts pa- cem... Creen que ej mejor la guerra ni que, como Bélgica, tema medio de evitar que la guerra, si es que ha tanto, sobre todo desde el advenimiento de de estallar, pase por Bélgica, es asegurar Hitler, la posibilidad de una nueva agresión hasta el último extremo posible la organización defensiva del país. Por otra parte, de Alemania, no provocada. Tanto es así, que en todos los rincones, muchos de ellos, aun sin desconocer la imen todas las tertulias, flota continuamente portancia de la amistad inglesa, no ven la esta angustiosa pregunta: ¿será posible que salvación, dado el estado actual de las relavolvamos a lo del año 14? ¿Cómo lo evita- ciones internacionales, más que en la Enríamos? Pero sobre ese cómo es preciso se- tente, cada día más estrecha y más íntima, ñalar los diferentes puntos de vista que coin- con Francia. En caso de agresión no prociden, en gran parte, con la diferenciación vocada, no les ba. sta el acuerdo defensivo de los grtípos lingüísticos y de los tres franco- belga de 1920. La palabra alianza les viene a cada instante a los labios. Se espartidos principales. fuerzan en hacer si Tomemos primeramente el partido cató- no de derecho, por de ella una realidad, En lo menos de hecho. lico. 1931, por ejemplo, M. Devéze, actualmente Indudablemente, existen entre los católi- ministro de Defensa Nacional, provocó la cos belgas, aunque en número reducido, al- decisión de la Cámara de hacer que la degunos nacionalistas fascistizantes. Hay tam- fensa del territorio fuese integral, que empebién nacifistas miembros activos de la zase desde la misma frontera en lugar de Unión por la Sociedad de las Naciones. ser organizada sobre el Mosa; naturalmenMas, bajo la capa de las declaraciones ofi- te, esto no fué sino uri eco de ciertas inciales que se imponen a todo partido de quietudes de íosvvalones; pero el resultado, Gobierno, nadie duda de que, en el fondo, quiérase o no, es que las fortificaciones bella masa del partido católico, sobre todo los gas aparecen como prolongación de las forflamencos, conserva una vieja coraza de an- tificaciones del Este francés y que difíciltimilitarismo, de adversión por los cuarteles; mente se nos oculta la impresión de que no ansiando solamente vivir en paz, quizá se se concibe, en caso de conflicto internacional, preocupa menos de evitar una nueva con- más hipótesis qué la realidad de que e! Ejértienda que de impedir, en caso de que ésta cito belga constituiría el ala izquierda de estallara, que pasase una vez más por Bél- los Ejércitos franceses. gica. Vivir en paz con sus vecinos, y si entre ¿Gabe, pues, extrañarse de oír en las alés os existe uno malo, persuadirlo o ale- tas esferas cosas como las que yo mismo jailo más bien que herirlo; conservar una oí hace poco en boca de una personalidad lE uaídaíl medida entre las amistades de Bél- eminente que decía: Temo muy mucho que gica, que a ningún precio sabrían trans- en los Estados Unidos y en los demás paíformarse en alianzas con aristas amenaza- ses se crea- -aunque no sea cierto- -que esdoras atenerse a los acuerdos de Locarno; tamos entrenados y preparados dentro de cumplir con su deber con respecto a la So- la órbita de Francia ciedad de Naciones, pero sin comprometerse Por lo que respecta al partido obrero, con ningún grupo, salvo, quizá, con el de los atréveme a decir que en Béigica es el único países pequeños: en resumen: no descuidar que pone por encima de todo, y aun por nada, para que, en caso de un conflicto eu- encima del deseo de inhibirse en una próropeo, Bélgica tuviera probabilidades de permanecer independiente, mientras los veci (Tennifm al final de la página siguiente. E

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