Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
BLANCO Y NEGRO MADRID 21-04-1935 página 190
BLANCO Y NEGRO MADRID 21-04-1935 página 190
Ir a detalle de periódico

BLANCO Y NEGRO MADRID 21-04-1935 página 190

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
  • Página190
Más información

Descripción

P E R D I D O S EN V E N U S 96 Mpvió la cabeza, murmurando, descon- parece que tienen vida. Pero es que dicen que Skor ha encontrado ya la fórmula de fiada: Para la pobre Duare ya no hay espe- dar vida a los ojos muertos. ranza de felicidad. -Nosotros no estamos muertos- -insistí. Alguien se aproximaba en sentido con- Entonces, ¿Iqué hacéis en Kormor? trario y nos quedamos silenciosos. Con los Creo conocer a todos los vivos que hay aquí, ojos bajos y el paso vacilante, nos fuimos pero a vosotros jamás os he visto. ¿Estas acercando a ellos: pasaron sin fijarse en mujeres están también vivas? nosotros. Respiré. -Sí. Somos cautivos de Skor y hemos Es ocioso relatar lo duro de nuestra odi- huido; necesitamos salir de la ciudad y nos sea en busca de la casa misteriosa. Emplea- ponemos en vuestras manos. ¿Queréis ayumos en buscarla. todo lo que quedaba de damos o nos vais a devolver a Skor, para noche, y al alba, convinimos en que debía- que nos asesine? mos encontrar un sitio donde poder ocultar- -No. temáis: no os entregaré a Skor nos durante el día. -murmuró- No quiero hacer favores á Y ante esta imperiosa necesidad, me fijaba ese demonio. Pero no veo en qué podría en los rincones que pudieran reunir condi- ayudaros. No se puede salir de Kormor. Los clones para ocultarnos. En esto, vi una ca- centinelas de la muralla velan siempre, sa vieja, con una puerta rota, cosa frecuen- Yo entré en Kormor sin ver un solo te en la lúgubre Kormor, y una ojeada rá- centinela. Si, al menos, pudiera yo enconpida me demostró que estaba deshabitada. trar la casa, saldría como entré. Cogí de la mano a las muchadhas, ascen- ¿Qué casa -interrogó la vieja. diendo con ellas hasta el segundo piso; att, Una que da acceso a un túnel subtey en una habitación interior, nos acomoda- rráneo que pasa por debajo de Gerlat kum mos como pudimos, para esperar aquel día Rov y que llega a Havatoo. que comenzaba. -1 ¿Un túnel que llega hasta Havatoo? Como estábamos rendidos y faltos de fuer- jamás oí tal cosa; ¿estáis seguro? zas, nos echamos, en el santo suelo, tratando- -Como que la noche pasada vine por él de conciliar el sueño, único medio de que la. aseguré. espera no se nos hiciese eterna. Los tres en Movió la cabeza y dijo: silencio, cada uno parecía abrumado por sus- -Ignoro su existencia, pero voy a ayutristes pensamientos; de pronto, me fijé en daros. Í or lo menos, puedo esconderos y que las dos muchachas estaban dormidas, y daros de comer; yo ayudo cuanto puedo a yo, a mi vez, debí tardar muy poco en ha- todos los seres vivos que hay en Kormor. cer lo propio. ¿Pero es que hay en Kormor más seNo sé cuánto duraría mi sueño, del qué res vivos? me despertó un ruido de pasos en la habi- -Algunos- -contestó- Todavía no ha tación inmediata, AlsTiien andaba por allí, podido Skor cazarnos a todos. Yo, por refunfuñando, como si hablara consigo ejemplo, vivo una vida, miserable, triste, mismo. siempre escondida; pero, por lo menos, viiMe incorporé trabajosamente, y empuñan- vo. Si os coge, os mata, tomo a los otros. do, medio dormido aún, la espada de Skor, Se aproximó más aún: púseme en guardia. Es... que no puedo creer que estéis vi Los pasos se aproximaban a la puerta de vos- -dijo- a lo mejor, me estáis enganuestro provisional aposento, y momentos ñando. Me palpó la cara y el cuerpo, desdespués traspasó el umbral una mujer vie- lizando sus manos por los hombros y braj a que se quedó atónita, mirándonos con los zos- Sí... tenéis calor- y tomándome el ojos de par en par. pulso, añadió: -i Tenéis vida! ¿Qué hacéis aquí? -preguntó. Igualmente reconoció a Dfuare y a NalSi ella se mostró sorprendida, no lo es- te, convenciéndose, al fin, de que le habíataba yo menos, porque la vejez era para mí mos dicho la verdad. una cosa nueva en Amtor. -Venid- -ordenó- voy a coiiduciros a Sus voces despertaron a las mudiachas, un lugar más confortable. Yo no utilizo que, muy asustadas, se pusieron en pie a casi nunca esta casa. mi lado. Bajando unas escaleras, salimos a un pa- ¿Pero qué hacéis aquí? -repitió, ya tio, en cuyo extremo opuesto alzábase otra con malos modos, la vieja- i Fuera, in- casa, también en ruinas y pobremente amueniundos corpses t j No quiero en mi casa blada. Nos condujo a una habitación inteninguno de los endemoniados de Skor! rior, ordenándonos que permaneciésemos Yo no salía de mi asombro, y le pre- allí. gunté: (Supongo que tendréis hambre- -KÜjo. ¿Pero no estáis muerta? -Y sed- -añadió Nalte. ¡Q a r ó que no estoy muerta! ¡Viva, y- Voy a traeros agua- -dijo la vieja- bien viva t- -me respondió. ¡Chián joven y linda sois! Yo también, en un- -Pues nosotros tampoco lo estamos- iije. tiempo, fui joven y bella. -i Cómo! ¿Que no estáis muertos? -y se- ¿Y por qué habéis envejecido? -le acercó más- ¡A ver vuestros ojos! No... pregunté- Yo tenía entendido que en Am-

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.