BLANCO Y NEGRO MADRID 21-04-1935 página 106

LOS ACTORES EUROPEOS EN HOLLYWOOD Por TüLLIO CARMINATTI P ARA nosotros, los actores extranjeros, Hollywood es un laboratorio de análisis donde se determina nuestra adaptabilidad artística. No quiero decir con esto que sea Hollywood el único lugar donde se hagan buenas películas. Todo lo contrario. En Italia, por ejemplo, sé están haciendo excelentes cintas. Se recordará que en los días del cine mudo, las o ras italianas eran de las mejores; el progreso italiano en lo tocante al cine hablado no ha sido rápido, debido al elevado coste del, material mecánico necesario, pero sí ha sido seguro y definido. Inglaterra, tairfíién lia producido grandes películas. Pero en Hollywood la competencia es más í iiida que en otras partes. Tarde o temprano llegan allí actores y actrices de todo el mundo. ÍNO pocas veces esas peregrinaciones acaban mal, porqué lo que gusta en una ¡parte no gusta en otra, y Hollywood sólo tiene en cuenta lo que agrada al público norteamericano. Por eso considero indispensable que todo artista viaje; nada hay que como, el viajar ensanche el radio de acción del actor. Así, yo, apenas concluida la cinta Una noche de amor, resolví dirigirme a Italia. Encontré a Roma llena de confianza y de planes para el futuro- La productora Mander Film me ofreció un papel en La marcha nupcial, de Henri Bataille, y acepté. La obra, como se sabe, ha sido repetida muchas veces en el cinema, de modo que serta ocioso insistir sobre j a calidad del arguemnto. El equipo mecánico del estudio es moderno y completo, pero hay que confesar que falta organización, que es lo que sobra en Hollywood. Los primeros días del rodaje fueron algo caóticos; el programa no se cumplía a tiempo. Sin embargo, a pesar de todos testos inconvenientes, la cinta se terminó con éxito. Los tres últimos días del rodaje tuvieron lugar en Stresa, pintoresca aldea situada a orillas del lago Maggiore, donde el maestro Toscanini tiene un chalet. Terminada esta película, he regresado a Holljrwood y he podido confirmar, una vez más, la conveniencia de viajar: el espíritu se escapa del molde estrecho que le im: pone el cinema americano y abre sus puerfes a la vieja cultura de la madre Europa. Puede uno entonces entregarse de nuevo a la tarea de Hollywood sabiendo que está inmunizado contra el bacilo del adocenamieñto y de la vulgaridad. Verdaderamente, creo que debería exigirse a todo artista que viajase, (Derechos reservados para BLANCO T NEGRO por íforth Atnerican N ewspaper All nce. (Prohibida la reproducción.