BLANCO Y NEGRO MADRID 21-04-1935 página 96

r TA SKXCn- LA. S c i- V B DK hl V. A APLASTADA, COMO A- ÜAKi. P T) 4 S SOBRIO W, (i; M r ¿Ko i; s- 1 X VALORTZAOAS NOlí UKMI- INTE T OU r O ABBOLEK DE 7, POX. DO? ¿QUIi SEKIAX SÍK EI, LOS (RCHOJ- F 1.0 I I! R. S AWONA) r a la Drimera atenta oieada... El olvido de lo üe no se ouede olvidar y el desprecio de lo c ue luesro más. falta nos hará... Aquitcctónicaniente el árbol no puede olvidarse... Y menos aún como aliciente o como recurso máxinm de! Hardín. Y, de una u otra manera, considerando la realidad un poco pictóricanieráe, o decorativamente, el árbol no se puede despreciar. Nunca coino albora lia necesitado la aríquitectiura la colaboración tranquila y callada de los árboles bellos, porque tnmca como ahora se usaron las formas sencillas, las superficies ásperas, ni fueron tan contados los difíaües susceptiWes de emocionar amablemente la sensibilidad del espectador... Junto a una casa cubista, rectilínea y dura, como si, sus aristas cortaran, no hay tnás taííla de salvación para que la mirada descanse, que j roducir el contraste entre aciutíUa maciza frialdad monolítica v las ilotan- lia- iss 5 3 k -a