BLANCO Y NEGRO MADRID 14-04-1935 página 183

ÍAS conmemorativos los de ahora en los que la unción relig- iosa aparta el alma- de todo aq eHo- qae no iíea veneraeién para Quien supo morir por salvar a los pecadores, l arece como si la humanidad, por cuyas culpas fué sacrificado el Redentor, viese la inmensa tragedia del Calvario como el haz de gloria capaz de apartarla de las mi. serias del lento vivir del día y elevarla al pla- D no superior de un niisticisiiio sincero. Xo hay en estos días pequeñas pasiones: sólo uiercn los hombres- proKtemaTse ante la Cruz, símbolo de gloria y de redención, lazo de unión entre pueblos y razas, aliento vivificador que sabe i, erdonar culpas y crear corazones. Sirve este aliento conmemorativo para recordar las reliquias sagradas c uc, dispersadas por el mundo, nos halilan de las horas en que el Hombre Dios sabía morir por todos, pidiendo perdón para sus perseguidores. íil recuerdo se concentra, la memoria se e. Ktiende por doquier y van surgiendo los sitios y lugares donde se conservan aquellos atributos que después de martirizar al Crucificado han servido, al través de los siglos, para afianzar, e ir aumentando los adeptos a la religión que surgiera en la cumbre del Gólgota. Cada una de estas reliquias es un estímulo que calma los ímpetus de las pasiones y hace resurgir, cada vez con más empuje, las doctrinas de Cristo. Hasta los más descreídos, en estos días de la Semana Santa, piensan, conmemoran, recuerdan... Del lienzo doblado con que la Verónica limpió la cara del Redentor en la calle de la Amargura, y cuyo rostro aparece con toda la majestad del dolor s o b r e h u m a n o uno de los dobleces se conserva en Santa Paz (Alicante) otro, en Jaén, y otro, el llamado Volto Santo entre las reliquias de la Basílica de San Pedro, en Roma. Una magnífica descripción del rostro de Tesucristo, que ha servido para oue pinto- VB Í: R. 4 EN JAÉ?