BLANCO Y NEGRO MADRID 14-04-1935 página 131
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página131
- Fecha de publicación14/04/1935
- ID0005181890
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LA CRUZ, IMAGEN DEL HOMBRE EMA de la cruz... Eterno. Inagotado aún e inagotable. P a r a el corazón humano ¡qué cinco manaderos de sanf gre pora y anta en las heridas divinas de las manos, de los pies, de la frente y del costado... ¡Qué calor de ser humano, sobrenatural y imico, sobrecogedor y amparador; en ese cuerpo de varón, silencioso y clavaiip. éternainente! -Para el pensamiento humano, ¡qué infinito de riqueza nueva y honda en el nuevo concepto del hombre... Hcce iwmo... El nuevo Adán, como se ha llamado a Cristo... ¡Qué pensamiento profundo! Para el arte y para todos. La crucifixión contietie tcrfo un ccaicepto d d a r t e todo un concepto del hombre y de la Humanidad y de la vida, y todo un concepto estoico. N o hay un scáo camino d d arte- -ni los más de hoy y avanzados- -que no estén en la cruz. La cruz y d crucifijo ofrecen al alma del las dos formas del mundo de las formas: la forma del hombre en cruz y la forma de la cruz, sola, sin La forma natural, del cuerpo humano, y la forma de las lineas puras, sdas. El cuerpo humano en cruz hablando a los T sentidos y al ser natural del hombre La cruz lineal, hablando, cscitóa y limpia, al ser espiritual del hombre ccráo tal ser de excepción en la serie de los seres naturales. E n d cuerpo de. Jesús la encartjación humaiia de la idea; en la cruz sola y desnuda la idea hecha forma tanAsién, pero hecha forma p a r a forma para los sentidos espirituales del hombre; para esos nuevos cntidos d d nuevo concc ito de hombre- -ecce homo- -caiKiz de ser algo más que naturaleza tíológica. Y la tmiótt de cruz y cuerpo en la donación generosa... Las dos naturalezas dei híMnbre están ahí, en la cruz de Jesucristo: unidas eternamente por un eterno dolor; por un dolor que marca, sin embargo, la única redención que tenemos a nuestro alcance. La cruz es d árbol nuevo: d árbol nuevo de la nueva vida. Plantado en la tierra, sí; y en la tierra d d hombre enraizado; tal modo, que no ha habido en veinte siglos quien lo haya podido arrancar ni ha Eí. rKRCGDÍO. CLAUSTKO DE SAJiTA MAaiA