BLANCO Y NEGRO MADRID 07-04-1935 página 152

DEL GRAN DESFILE INTERNACIONAL YUGOESLAVIA Y SU EJERCITO Por EL GENERAL X D E todo el avispero balcánico, que ha sido durante más de un siglo la preocupación de Europa y que fué la chispa precursora del incendio mundial, Yugoeslavia es el pueblo más fuerte que ha estado a punto de sucumbir consumido por sus interiores revueltas. El período de su política interior, desde 1919 a 1929, lo vivió el reino bajo el régimen parlamentario integral establecido por la Constitución, pero cuya actividad legislativa era nula, mientras fuera de aquel parlamento perturbado reinaba la guerra civil, y la anarquía sangrienta que llegó a penetrar en la misma Cámara con el asesinato, en plena sesión, de algún diputado. La unión de servios, croatas y eslovenos que formaban el Estado, parecía tan en peligro de ruptura que el rey Alejandro se vio obligado a suspender el ejercicio del parlamentarismo, empuñando él todas las palancas del mando, seguramente no por satisfacer su gusto personal, sino para evitar que la nación se disolviese en revoluciones. Afortunadamente para el país, el ejército, compuesto de trozos que habían hecho la guerra bajo diferentes y contrapuestas banderas, se puso al lado del joven monarca, y a la etapa de disturbios siguió otra de calma y tranquilidad que permitió a los gobernantes ocuparse de algo más útil que el reprimir a, diario las sublevaciones, las huelgas injustificadas y los crímenes políticos. El rey, asesinado en Francia, no era, pese a sus pocos años, un hombre sin experiencia: la guerra le había enseñado muchas cosas que no se aprenden entre cortesanos: los campamentos, las marchas y los combates son una escuela donde se aprende mucho, y así su dictadura no fué sino un período de preparación para promulgar la Constitución de 1931, esencialmente liberal, sin demagogias, y sobre todo, sin privilegios para ninguna de las tres nacionalidades que forman el reino: el rey sabía bien que el poder personal no es un fin, sino un medio, y como el objetivo de su dictadura era ligar los elementos en pugna, preparó sobre este camino una nueva etapa de que fué muestra las elecciones de 1933, y el actual gobierno en que son ministros, si no los jefes de los antiguos partidos de oposición, sus más genuinos representantes, tres croatas, un esloveno y un bosníaco; resuelto con ello un régimen más flexible que da margen a una sincera colaboración de las tres razas y vigoriza la unidad política y moral de la nación en el cuadro actual de sus fronteras. Tuvo el rey dos colaboradores inapreciables: su presidente del Consejo, que lo es también ahora, Jervitch, y el elemento militar servio, el más numeroso del ejército y que ha logrado atraerse a los demás oficiales; sobre estos dos pilares la regencia continúa realizando el testamento político del rey Alejandro, escrito en el corazón de sus leales El mantenimiento de la integridad del Estado y de la unidad sagrada de la nación, es el objeto supremo de mi reinado, y debe ser la ley para todos nosotros El regicidio perpetrado en Marsella buscaba suprimir el obstáculo que los enemigos de dentro y de fuera de Yugoeslavia encontraban siempre que promovían intentos de disociación, y habrían logrado su objeto si el ejército no hubiese permanecido firme como un roca y dispuesto a aplastar cualquier movimiento subversivo. Puede asegurarse que la existencia de Yogoeslavia y la paz en los Balcanes se debe a la coesión, disciplina, patriotismo y fortaleza del ejército yugoeslavo. Pero la obra no está, ni podría estarlo en tan poco tiempo, consolidada. Han variado mucho las circunstancias internacionales, y desde que la actitud de Alemania ha producido las alarmas de Europa, crecen los riesgos de las nacionalidades nuevas, creadas ai amparo del Tratado de Versalles; toda la estructura de estos pueblos balcánicos está eslabonada y sus soldaduras se hallan aún muy tiernas: el racismo ha hecho de los problemas étnicos un motor poderoso para restificar los acuerdos impuestos por los vencedores a Hungría, Austria y Bulgaria les duelen las amputaciones; hay un problema de minorías, protegidas por la legislación de la Sociedad de las Naciones, pero no resuelto completamente, porque es de muy difícil solusión, y todo este conjunto de factores serían otros tantos explosivos en cuanto la cargada atmósfera europea fuese rasgada por la primera bala de cañón. En estas condiciones no es extraño que el ejército de Yugoeslavia sea una expresién de poder, cuya potencialidad militar supere la proporción entre los 14.000.000 de habitantes y el efectivo del ejército, de 240.000 hombres en pie de paz. Por la Constitución, el rey es el jefe supremo del ejército; ahora lo es el Regente, príncipe Pablo, que también ha oído silbar las balas y sabe lo que son soldados, pero, por lo delicado de su misión, interviene en el ejército con menos intensidad que el rey Alejandro, que era, de hecho, el generalísimo y el camarada de sus oficiales. Un ministro, a la vez de Guerra y de Marina, tiene la responsabilidad del mando. En este ministerio mixto funcionan dos Es-